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¿Por qué los Juegos Olímpicos de carretera presentarán pelotones tan ridículos y los de pista eliminan la mayor parte de pruebas?

Los Juegos Olímpicos de París 2024 presentarán 34 corredores para la disputa de la prueba de contrarreloj masculina y 35 para la prueba de contrarreloj femenina. Sin embargo, la cifra ridícula llegará en la prueba de fondo en carretera: ¡serán sólo 91 hombres y 95 mujeres en la línea de salida frente a los casi 200 de los Mundiales! ¿Por qué?

El problema de los Juegos Olímpicos viene descrito por una palabra extraña: gigantismo. Los Juegos son tan grandes que han acabado comiéndose a los propios Juegos. Y eso se ve en todas las especialidades, pero sobre todo en el mundo del ciclismo. La prueba de carretera es obvia: en lugar de acercarnos a los 200 inscritos hay menos de 100 en la línea de salida… porque los Juegos no resisten la presencia de más deportistas, ni de más auxiliares, ni de más técnicos. Es necesaria e imprescindible una reducción absoluta.

Y lo mismo sucede en otras especialidades. La pista, por ejemplo, es un caso todavía más acuciante, pero la limitación no llega por la reducción del número de corredores sino por la reducción del número de pruebas. Si se comprueba la cita mundialista, son numerosas las especialidades que son borradas del programa olímpico, lo que genera que muchos especialistas no tengan prueba para lucirse. Los hombres y mujeres disputarán en París seis pruebas: velocidad individual y olímpica, keirin, persecución olímpica, omnium y madison. Por tanto, puntuación, eliminación, kiómetros… han desaparecido como por arte de magia. Y de nuevo tenemos el mismo problema de base: gigantismo. Aunque lo cierto es que también hay que añadir un segundo criterio: el ciclismo no ha sabido pelear por tener su parcela protegida. Del mismo modo que nadie plantea limitar las pruebas de atletismo o natación, el ciclismo sí se ha visto podado para beneficio de unos Juegos demasiado grandes.

 

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