Óscar Rodríguez quiere ser «una esponja» en el Astana

Óscar Rodríguez (1995) no conoce aún su techo deportivo y confía en seguir acercándose a él en la nueva etapa que afrontará con el Astana Pro Team a partir de la próxima temporada 2020. El escalador navarro dio más pasos adelante este 2019 y espera seguir esa línea después de tres años en el Euskadi-Murias.

El vencedor de La Camperona en 2018 ofreció detalles de su calidad de principio a fin de la temporada que culminó con el segundo puesto en la Vuelta a Burgos y el 22º en la Vuelta a España, después de buscar una etapa que esta vez no llegó.

Sin duda, la temporada ha sido de crecimiento, aunque haya faltado un triunfo.
Ha faltado la guinda al pastel, pero en líneas generales el nivel ha sido muy bueno, sobre todo con el segundo puesto en la Vuelta a Burgos detrás de un Sosa que estaba pletórico. Tuve dos caídas seguidas y también en la Challenge de Mallorca tuve una infección en la boca que me restó algunos días de competición. Pero no me quedo con eso, sino con las sensaciones de Andalucía, Murcia, Occitanie, Burgos, La Vuelta… Me quedo con los buenos momentos.

En la Vuelta, su progresión también fue evidente.
Me he visto más cerca de los favoritos que el año pasado. He dado un paso adelante como corredor y ya no los veo tan lejos; sí que es verdad que es una distancia abismal la que me sacan pero es bastante menor. Espero en el futuro conseguir ese nivel que me falta.

Foto: Photo Gomez Sport / Euskadi-Murias

Y vivió desde dentro la victoria de Mikel Iturria, recogiendo su testigo.
Ese triunfo demostró la constancia del equipo, ganar en las dos Vueltas que ha disputado. La victoria de Mikel fue impresionante y espectacular en mi casa. Fue un momento precioso. Y fue también recordar todo lo del año pasado, con toda la prensa en el hotel. Me gustó mucho.

Sin embargo, el equipo no seguirá en la carretera en 2020.
La verdad es que nos llegó todo de golpe. No me lo esperaba. Una gran lástima porque hay talentos en el equipo que quizá no puedan encontrar equipo. Una pena. Deportivamente, no se puede achacar nada al equipo; en todas las carreras hemos tenido buen nivel, salvo alguna excepción.

Los tres años en el Euskadi-Murias han sido importantes.
Sí, sí. Fundamentales. En amateur llegó la decisión de ser ciclista y en Murias he podido desarrollar mi trabajo de una manera perfecta. Me han dejado mi libertad cuando la necesitaba, siempre pensando en progresar y en hacerme un poco más ciclista.

Y el triunfo en La Camperona fue un punto de inflexión.
Por supuesto. Siempre hay dudas de si puedes valer o no. Pero viendo que gané en la plaza más grande, me dije ‘no queda otra que ser ciclista’. Ese triunfo me lo encontré de sopetón. Fue impresionante. Entonces tuve claro que había que tirar por este camino.

Y ahora comienza un nuevo ciclo con el Astana en el máximo nivel del WorldTour.
Estoy muy contento. El equipo ha demostrado mucho interés hacia mí y estoy muy agradecido por ello. Es de los cinco mejores equipos del WorldTour. Estoy muy motivado y con ganas de empezar con ellos. Tenemos la primera concentración del 5 al 20 de diciembre en Calpe. Entonces hablaremos de calendario y demás. Es una etapa que afronto con incertidumbre. No sé cómo funciona un gran equipo como este. Me han dicho que es un trato muy familiar y espero que no haya tanta diferencia con los equipos que he conocido hasta ahora, como Lizarte y Murias.

Foto: Route d’Occitanie/Aubin Lipke

Y hay varios ciclistas españoles y también en el cuerpo técnico.
Sí, y fue parte de la decisión que tomé; el tener tanta gente de aquí cerca ayudó a venir a este equipo. Siempre va a ser una ventaja tener gente del equipo a menos de cien kilómetros de mi casa. Voy a trabajar la contrarreloj, la postura y testar material con Iván (Velasco). Y todos en el staff me ayudarán a progresar. Yo por mi parte voy a poner todo, como lo ponía en Murias. Algo que me caracteriza es que soy buen profesional, al menos lo intento, y que tengo compromiso.

¿Se ve disputando grandes vueltas en el futuro?
No lo sé. En el equipo tienen esperanzas en mí. Ya lo veremos. Depende de mí pero también hay topes fisiológicos y eso es una incertidumbre. Para el año que viene desde luego que no porque hay muchos líderes y tocará trabajar para ellos. Voy a intentar aprender lo máximo, intentar ser una esponja, visualizar, oír, ver y callar, y estar atento a todos los detalles.