La Tirreno-Adriático vapulea a la París-Niza
El ciclismo profesional está en manos de dos gigantes llamados ASO y RCS. Para los aficionados que todavía no los conozcan, ASO es la empresa organizadora del Tour de Francia mientras que RCS se encarga del Giro de Italia. En sus manos figuran otras muchas pruebas y dos de ellas coinciden en el calendario: París-Niza y Tirreno-Adriático.
El duelo entre ASO y RCS en el comienzo del mes de marzo ha acabado siendo ganado de forma abrumadora por los italianos, quienes han conseguido reunir en la Tirreno-Adriático una participación que vapulea el nivel de la París-Niza. Los datos son más que evidentes tanto por lo que respecta a hombres rápidos como a ciclistas que piensan en la general.
En la París-Niza, la estrella más rutilante es Primoz Roglic, quien va líder y parece un más que firme candidato al triunfo. Sus rivales son ciclistas siempre interesantes, como Schachmann, McNulty, Ion Izagirre, Vlasov o Benoot… pero en ningún caso hablamos de super-estrellas mundiales.
En la Tirreno-Adriático, la prueba está mucho más abierta. La lista de candidatos incluye a los dos últimos vencedores del Tour de Francia: Tadej Pogacar y Egan Bernal. Además, la lista puede incluir a otro vencedor del Tour, Geraint Thomas, y a corredores de talento demostrado como Fuglsang, Quintana, Almeida, Sivakov, Landa, Higuita, Wellens o Nibali.
Además, no se puede olvidar que en Tirreno estamos viviendo el duelo más esperado entre clasicómanos: Julian Alaphilippe, con su maillot arcoíris, peleando de tú a tú contra las dos figuras del ciclocross y la carretera, es decir, Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert.
La realidad en el ciclismo mundial es que ASO tiene mucho más poder económico y deportivo que RCS. El Tour de Francia es el verdadero líder mundial del ciclismo profesional, pero además ASO controla otras muchas clásicas y citas de prestigio. Sin embargo, en marzo, cuando pelean por atraer a las grandes figuras, RCS está ganando la batalla. Tal vez sea por la proximidad con Milán-San Remo, tal vez sea por los recorridos, tal vez sea por el clima o tal vez sea por las discrepancias entre la organización del Tour y gran parte de los equipos WorldTeam, pero lo que no admite dudas es el dominio de la Tirreno.