Amets Txurruka confirma su adiós: «No hay mayor victoria que sentirse querido»

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Foto: Caja Rural-RGA

Amets Txurruka (1982, Etxebarria) cuelga los pedales. El bravo ciclista vasco han decidido poner el punto y final a su carrera deportiva después de apurar sus opciones de continuar con un dorsal profesional esta temporada.

El pelotón se queda sin el corazón y la combatividad de Txurruka, pro 11 años en los equipos Barloworld (2006), Euskaltel-Euskadi (2007-2012), Caja Rural-Seguros RGA (2013-2015) y Orica-BikeExchange (2016). Txurru dice adiós según adelanta en una carta-despedida, en euskera y español, enviada a Zikloland.

El todoterreno de Etxebarria dejó su sello allí por donde pasó, sobre el sillín y fuera de él, en equipos, compañeros y en la cuneta. Sin duda, el ciclismo pierde la alegría y el espíritu guerrero de Txurruka, algo que supo apreciar la afición pues se va un corredor muy querido por el aficionado vasco en particular y el público en general. “Aun siendo un ciclista sin mucha clase, me habéis hecho sentirme a la altura de los más grandes, no tengo más que palabras de agradecimiento para describir el cariño que he recibido por vuestra parte”, destaca.

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En una imagen del año pasado. Foto: Orica-BikeExchange

Su forma de correr, al ataque, con el naranja del Euskaltel-Euskadi o con el verde del Caja Rural-RGA, no pasaba desapercibido. Tampoco su superación ante las adversidades y esa clavícula tantas veces rota. Amets siempre regresaba, con más fuerza aún. Ni se sabe de dónde sacaba esa fortaleza y ese ímpetu en un cuerpo tan pequeño. “La verdad es que han sido muchas las alegrías pero también las dificultades y los momentos difíciles a superar. Ninguna lesión grave del todo, pero la consecuencia de ellas, sí que me ha marcado”, reconoce.

Y será recordado, también, con esa sonrisa y esa simpatía que derrochaba fuera de la bicicleta y que todo el mundo a su lado ha podido apreciar. Sin duda, tenía un hueco en el pelotón profesional, pero las puertas no se han abierto para él. Injusto como es el ciclismo.

Aun así, contagia su optimismo y comienza una nueva etapa en su vida, con alguien nuevo en su regazo, Nahia, ahora su alegría, su energía. Y arropado por una familia que nunca le ha faltado, tampoco la ciclista, empezando por su grupeta de entrenamiento en los últimos años: Haimar Zubeldia, Markel Irizar, Aitor González, Pello Goikoetxea, Mikel Elorza, Mikel Aristi…

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En el podio de la Vuelta a Asturias 2013, con Javi Moreno y Mikel Landa. Foto: Movistar Team

En su palmarés, suma cinco victorias: una etapa y la general de la Vuelta a Asturias (2013), Tour de Gévaudan Languedoc-Roussillon (2014) y una etapa en el Tour de Noruega y otra en el Tour de Beauce (2015), así como el premio de la Combatividad en el Tour de Francia 2007.

El vasco disputó siete ediciones de la Vuelta a España, seis del Tour de Francia y dos del Giro de Italia.

Laster arte, lagun. Eskerrik asko zuri.

No hay mayor victoria que sentirse querido

Todo empezó en 2006. El sueño que perseguía desde niño se convirtió en realidad y lo que era una afición pasó a ser un oficio. Viendo realizado uno de los sueños de mi vida, me dije a mi mismo: “Si algún día tengo hijos, les contaré lo orgulloso que llegué ser ciclista profesional”.

Desde entonces, han pasado 11 años. El número once en euskara significa abundancia y la verdad es que han sido muchas las alegrías vividas, pero también las dificultades superadas. Entre ellas varias lesiones, cierto que ninguna grave, pero el cumulo de ellas junto con diferentes adversidades han hecho mella.
Aunque el camino no haya sido fácil, considero que el ciclismo me ha aportado mas de lo que yo le he podido dar, entre todas ellas una manera de vivir, unos valores bien interiorizados que me servirán para el resto de la vida. He conocido a personas inolvidables, así como muchos lugares del mundo que, si no hubiera sido por este deporte, no los hubiera conocido. Profesionalmente, he tenido la suerte de correr muchas de las carreras más importantes, también de saborear el triunfo en alguna que otra. Incluso, como si se tratase del sueño más dulce que podría tener un ciclista, de emocionarme al verme en los Campos Elíseos.

Aun así, he de confesar que este último periodo no ha sido del todo fácil. Habéis sido muchos los que me habéis preguntado sobre mi futuro y no habéis obtenido respuesta, es por ello que os quiero pedir perdón, pero al mismo tiempo, espero que me lleguéis a comprender. He seguido luchando y trabajando como lo he hecho siempre para estar al máximo nivel, pero el campo profesional exige lo máximo y algunos problemas físicos me han creado todavía más dudas de las que tenía. Ello me ha llevado a tomarme un tiempo y tras un periodo de reflexión os anunció que mi carrera profesional ha llegado a su fin y en adelante empezaré una nueva etapa en la vida. Nunca dejaré de sentirme ciclista ni aficionado a él, con lo cual seguiré disfrutando de este deporte, pero sin la exigencia del nivel competitivo en el profesionalismo.

Me gustaría agradecer a todos los que me habéis ayudado a crecer deportivamente desde que empecé siendo un crío: el club de ciclismo con todos sus respectivos integrantes, directores, masajistas, mecánicos… A los compañeros de equipo y amigos de la grupeta por convertir el sufrimiento en placer. Qué decir del apoyo incondicional de los de casa, que siempre os he tenido ahí, en momentos de disfrute tanto en los que ha tocado sufrir, en el aspecto deportivo, pero sobre todo en la vida diaria. A los amigos de toda la vida y los integrantes de “Amets Txurruka Lagunartie”. Y como no, a Lexuri y nuestra pequeña Nahia, dos pilares fundamentales en mi vida.

Para finalizar, querría agradecer especialmente a todos los aficionados a este deporte. Aun siendo un ciclista sin mucha clase, me habéis hecho sentirme a la altura de los más grandes, no tengo más que palabras de agradecimiento para describir el cariño que he recibido por vuestra parte. Me habéis enseñado que las victorias son dulces pero que no hay mayor victoria que el sentirse querido. Este sentimiento me ha acompañado durante toda mi carrera deportiva, y es el que me gustaría recordar cuando eche la mirada atrás.

¡Ha sido muy bonito, os agradezco de todo corazón!

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