Ineos, Total y la curiosa crisis del ciclismo
Foto: ASO / A. Broadway
En los últimos días ha habido grandes noticias en el ciclismo y todas ellas positivas. Acostumbrados a leer titulares catastrofistas que anticipan el final del ciclismo profesional, la realidad es que dos grandes multinacionales se han decidido a apostar por el deporte de las dos ruedas como estandartes publicitarios: hablamos de Ineos y de Total.
Ineos no sólo patrocinará al equipo Sky. En realidad, hablamos de una apuesta mucho más fuerte. La empresa Ineos se ha convertido en el nuevo propietario de la sociedad gestora del equipo, puesto que ha comprado a Sky la propiedad de la empresa gestora, lo que implica una mayor proximidad y control de gastos e ingresos. Y, además, no espera al final de la temporada. El cambio se hace desde el 1 de mayo de 2019, por lo que ya tenemos al Team Ineos en las puertas de saltar a las carreteras.
Foto: Federación Colombiana Ciclismo
Para comprender mejor los números, cabe considerar que Ineos es una marca de la industria petroquímica. Cuentan con 171 sedes en 24 países diferentes y sus ventas ascienden a más de 60.000 millones, con 19.000 trabajadores. Entre sus productos, Ineos está centrado en plásticos, pinturas, industria textil, bio-fuel, aislantes para construcción…
Pero si se está hablando de Ineos como un gran empresa, lo cierto es que Total resulta mucho más grande y su llegada al ciclismo no ha sido tan celebrada. Direct Energie fue comprada por Total después de una inversión millonaria: 1.400 millones de euros. En su día, ya explicamos las implicaciones de esta absorción en un artículo que acabó siendo premonitorio sobre los vínculos de Direct Energie y Total.
Ahora, la realidad es la llegada de Total y, por tanto, de una empresa que gana 10.000 millones de euros al año y tiene una facturación que casi triplica la de Ineos. Con Total, el ciclismo francés se está garantizando el respaldo de una firma que gana como Movistar y Santander… ¡juntos!, lo que certifica que hablamos de un auténtico monstruo desde el punto de vista económico.
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A partir de ahí, Ineos y Total son dos buenos síntomas dentro de un deporte reconocido por sus valores de respeto al medio ambiente, pero que está llamando la atención de firmas vinculadas al petróleo. Toda una paradoja. Pero en el fondo algo muy lógico. En las redes sociales, ha sido criticado. Pero lo cierto es que un deporte sin público y sin derechos de televisión como fuente de ingresos para los equipos necesita del apoyo de cualquier patrocinador.
La propia UCI así lo tiene establecido y sólo marca como límites determinadas empresas cuya presencia dañe la imagen propia del ciclismo, como ocurrió recientemente con un equipo vinculado a la pornografía y vetado desde la federación internacional. En el caso de Ineos y de Total hablamos de empresas muy grandes que vienen a dar estabilidad a dos proyectos consolidados durante años. La eterna crisis del ciclismo parece tomarse un respiro.
