“El Afilador” es una nueva colección de libros que acaba de lanzar Libros de Ruta, www.librosderuta.com. Esta recopilación de narraciones ciclistas tienen en común su pasión por el ciclismo y las letras.
Juanfran de la Cruz nos trae los comienzos de una de las pruebas históricas, concretamente de la Vuelta a España. Y de una primera edición inicial en la que iba a participar Octavio Bottechia (1894-1927), vencedor de dos ediciones del Tour de Francia, 1924 y 1925, pero que nunca se puso en marcha. A continuación zikloland.com, ofrece un extracto.
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«La primera edición de la Vuelta a España echaba a rodar, por fin, el 29 de abril de 1935 y ya para entonces habían transcurrido prácticamente ocho años desde que el cuerpo maltrecho de Ottavio Bottecchia fue encontrado junto a una carretera cercana a Gemona del Friuli.
Aferrado a la vida apenas por un hilo, Bottecchia fue trasladado urgentemente hasta un hospital gemonesí. Allí agonizó durante doce interminables jornadas de aquel junio de 1927, pues tal era la gravedad de sus heridas y afecciones. Poco pudieron hacer los galenos ante las múltiples fracturas y traumatismos que presentaba su cuerpo. Numerosas heridas para una muerte que, con hasta una fractura de cráneo por bandera, alimentaría muchas y variadas interpretaciones.
El deceso del primer astro internacional transalpino fue explicado según diferentes hipótesis. Y la falta de un esclarecimiento concluyente le abrió la puerta a las más dispares especulaciones; rumorologías que se difuminarían ante revelaciones más o menos recientes. Estas confidencias, empero, no han acabado con la mística que rodea a este icono de los primeros tiempos del ciclismo. El poder de un imaginario colectivo más amigo de ficciones que realidades. Capítulos que es bastante improbable que puedan ser cerrados por culpa de esa mística.
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— Libros de Ruta (@LibrosdeRuta) 5 de diciembre de 2016
De ficciones, al menos de sus conatos, hablamos en estas páginas. De una en concreto. Y con ese nombre propio: Bottecchia. Y es que el mito, aún en vida, y por cosas de la prensa, protagonizaría una vinculación con una todavía inexistente Vuelta a España. Licencias periodísticas y poéticas. Y posos de certeza e intereses varios en pos de una idea.
Porque se dieron días en los que la figura del italiano y la ronda española estuvieron vinculados, acaso hermanados, a través de las páginas de un periódico editado en Madrid y gran capacidad de influencia. Una Vuelta, sí, para Ottavio Bottecchia.
(…)
A finales de abril de 1925, esta ‘Vuelta de Bottecchia’ disfrutaría de su gran momento de virtualidad e inminencia. Fue ese día en el que Heraldo adelantó su propuesta oficial de recorrido y las fechas en las se desarrollaría. El anuncio, por razones obvias, no era baladí para los intereses del ciclismo español: cuando a las ganas se le suman las ofertas, las propuestas y ciertos apoyos, cuando el debate alimenta avances, estamos sin duda ante algo más que una mera ensoñación.
Biblioteca Nacional. Captura del Heraldo de Aragón.
Era mucho, bastante más, de lo que había acaecido hasta la fecha con otros intentos previos. ¡Un recorrido tangible! Los impulsores de la carrera sugerían correr entre el 20 de septiembre y el 11 de octubre “por consideraciones climatológicas”. La carrera sumaría 3.276 kilómetros, contaría con trece etapas algunas de las cuales se desgranarían en hasta tres sectores, y no perdería de vista los días de descanso».
Esta colección recopilatoria de narraciones ciclistas pretende ofrecer textos de calidad redactados cada año por periodistas, escritores/as y deportistas que si tienen algo en común, es su pasión por el ciclismo y las letras.
“El Afilador”: El ciclismo colombiano, el gigante que despertó
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