Álex Aranburu (1995, Astana Pro Team) tendrá un calendario muy italiano; empezará en la Vuelta a Burgos y terminará la temporada en el Giro de Italia. La guinda es su debut en dos Monumentos, Milán-San Remo e Il Lombardia. El ciclista guipuzcoano forma parte de la concentración de su equipo en Sierra Nevada, una burbuja, como corresponde en tiempos de pandemia por el coronavirus.
¿Cómo está siendo el regreso a la rutina ciclista en Sierra Nevada?
Lo de este año es un poco raro para todos. Parece que hemos empezado a coger la marcha, con dos semanas de concentración y luego las carreras. Estaremos en Sierra Nevada dos semanas, también con los kazajos que viven en Benidorm. Y los colombianos llegarán a partir del día 20.
¿Cuál son los principales objetivos de este encuentro?
Hacer grupo y entrenar en altura que es importante porque te da otro punto para las carreras una vez que te recuperas de la fatiga la primera semana. Hay que ir más suave pero ya estamos metiendo volumen. Parece como la pretemporada en Calpe: dos semanas, masajistas, osteópatas, cocinero… Estamos muy bien, como en casa. El ambiente es muy bueno. Todos teníamos ganas de salir de casa y cambiar el chip. Estamos entrenando en dos grupos y aquí tienes otra motivación. A las mañanas entrenamos y a la tarde estamos tranquilos: masaje, osteópata, merendar y cenar. Y otro día más. La vida de un ciclista.
Astana riders are enjoying their first training day in Sierra Nevada! 🚴♂️👍#AstanaProTeam #cycling pic.twitter.com/aWIkubndcB
— Astana Pro Team (@AstanaTeam) 10 de julio de 2020
Personalmente, ¿cómo fueron los meses anteriores en casa? ¿Cree que se podrá volver al menos en una nueva normalidad?
Es difícil tener que estar en casa haciendo rodillo y sin saber cuándo podríamos competir. Ya parece ser que todo se pone en marcha y esperemos que siga así. Si todos somos responsables, lo podremos conseguir. En el equipo estamos con mascarillas, se limpian las camillas, comemos en una sala aparte del comedor del CAR, con cocinero propio… Lo estamos haciendo muy bien. Si todos seguimos en esa línea, se podrán hacer las carreras y competir; si cumplimos todos los protocolos, se podrá salir de esto, esperemos que sea así, porque tener carreras será lo mejor para todos.
¿Conoce su calendario en su regreso a la competición?
Vuelta a Burgos, Milán-Turín, Milán-San Remo, Gran Piemonte, Il Lombardia, Campeonatos de España, GP Plouay, Coppi Bartali en duda, Tirreno-Adriático y Giro de Italia. Son carreras buenas. El equipo ha confiado en mí y ahora intentaré dar la talla. Espero llegar bien. Pienso que vamos por el buen camino. Me gustan las carreras italianas. Hay que empezar a aprender y coger el nivel de carreras como San Remo y Lombardía. Porque, además, si corres carreras buenas, coges más nivel y te haces más a la categoría. Yo creo que ese tiene que ser camino, coger esta oportunidad con ganas y aprender lo más que se pueda.
¿Qué espera conseguir en esas carreras?
Tengo ganas de Burgos -el año pasado ganó una etapa y fue segundo en otra-, aunque tengo la duda de que normalmente después de altura la primera semana no voy muy bien. Veremos qué sale. Ganar es siempre complicado, y más en ese calendario, esperemos poder repetir, sería algo muy bueno. En el Giro, Fuglsang es el líder, iremos a ayudar, eso lo primero, y si dejan alguna oportunidad siempre hay etapas como en la Vuelta –fue dos veces segundo- para coger alguna fuga e intentar rematar luego.
Pese a la coyuntura, ¿cómo ha sido su adaptación al Astana Pro Team?
La adaptación ha sido bastante buena. No me imaginaba tan buen rollo al estar tanta gente de diferentes países. He estado muy a gusto. Y también ayuda tener conocidos, como los Izagirre. Se habla sobre todo italiano, aunque yo me defiendo más en inglés. Y también utilizamos el español.