BH G6 Pro: Una evolución maestra

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hace 8 años

Si por algo destacan las bicicletas fabricadas bajo la firma Beistegui Hermanos (BH) es por una extensa historia a sus espaldas y por haber sabido adaptarse como nadie al presente. Es un relato fascinante, aunque no hace falta bucear en el pasado ni acudir al comienzo del Siglo XX para recordar sus inicios como industria armamentística o sus primeros modelos de bicis a partir de 1919.

Desde la semana pasada, BH ha puesto en marcha su programa “My BH Unique”con el que puedes diseñar tu propia bicicleta a tu gusto y tener una máquina exclusiva. Un proyecto pionero que arranca precisamente con el modelo BH G6 Pro así como con el BH G7 Disc.

Si BH es una marca que varias generaciones han montado y disfrutado, la historia más reciente nos dice que desde el siglo actual sus Global Concept han seguido y siguen evolucionando con precisión y la máxima naturalidad para convertirse así en una de las referencias absolutas del mercado y, también conviene destacarlo, sobresalir en el campo del ciclismo profesional.

Por esta misma razón, porque BH siempre nos ha acompañado, estamos tan familiarizados con la evolución de estas bicicletas desde el año 2005. Por poner varios ejemplos, las redescubrimos en el pelotón cuando el equipo Liberty-Würth las lanzó en el pelotón profesional; para verlas posteriormente en un Rinaldo Nocentini líder del Tour de Francia en 2009; y un Ezequiel Mosquera disputándole La Vuelta a Vincenzo Nibali en 2010.

O cada temporada en el equipo Burgos-BH o en los últimos años en la escuadra gala Direct-Energie con las victorias de Bryan Coquard, aunque la primera del esprínter galo en este 2017 en Valencia llegara con la Ultralight, el otro gran modelo de BH, como la de Lilian Calmejane en Bessèges, y que sirve también para escenificar la evolución constante e imparable de la marca vitoriana en todas sus creaciones.

La opinión del profesional. Ibai Salas (Burgos-BH): “Es una bici aero muy, muy rápida y muy manejable. Y es muy rígida; cuando aceleras y arrancas, va muy bien. Entra y sale bien de las curvas. Estamos todos muy contentos con la bici. La bici va como un misil. No nos podemos quejar. Es una bici polivalente, rápida porque la transmisión al eje de pedalier es eficiente. Es una bicicleta ligera, pero rígida. Es una marca de casa y tenemos que valorarlo. Es un lujo llevar una máquina así; no tiene nada que envidiar a otras bicis de los equipos del WorldTour”. Escucha su análisis completo en el siguiente audio.

La BH G6 Pro Ultegra es una bicicleta que tanto en la actual como en sus anteriores versiones también está plenamente integrada e identificada entre los usuarios por tener una de las mejores ventas en el mercado español. O lo que es lo mismo, todos tenemos un amigo triatleta, un compañero de la grupeta o un ciclista que se cruza en nuestra ruta que o bien ha tenido una G5, que actualmente disfruta de una G6 y que incluso ya se está cuestionando pasarse a la G7 Disc.

A nivel social la versión aero de la marca alavesa ya no necesita ningún tipo de presentación más y aunque sus bondades y altas prestaciones sean conocidas y estén reconocidas, nos toca describir el diseño, la construcción y el funcionamiento de esta bicicleta. El probador y autor de este test en zikloland.com ya fue un usuario exigente y entusiasta de una G5 a nivel personal durante casi tres años, por lo que en este nuevo test de la BH G6 Pro Ultegra sentir su evolución cobra una dimensión y un criterio especiales.

Por tanto, conociendo ya de primera mano el comportamiento de la bicicleta aero de BH, la primera impresión con la G6 Pro Ultegra nos despertaba una enorme curiosidad. ¿Cambios a primera vista? Sí, tanto en el diseño como en las sensaciones montado en ella y destacando como primer elemento una mayor rigidez que su antecesora, algo que desde BH han trabajado con mimo y aplicando su mejor tecnología para brindar ese cuadro más rígido y sentir en cada pedalada las ganas de ir muy rápido o inventarnos arrancadas para poder fundirte con el espíritu de esta bicicleta.

Gracias a su tecnología HCIM (Hollow Core Internal Molding Technology), el fabricante consiguió reducir el peso del cuadro a 860 gramos (talla M) y el diseño de su geometría le ha permitido dar ese paso adelante en rigidez lateral. Para tratar de explicar mejor este punto, conviene citar a la propia marca a la hora de describir esta tecnología:

“Tecnología para cuadros monocasco que aplica una alta presión en el molde para alcanzar los más altos niveles de material compacto y eliminar presiones inconsistentes en el cuadro que creen burbujas e imperfecciones. Esto permite controlar y optimizar espesores óptimos en las diferentes partes del cuadro que tienen como resultado una rigidez y ligereza extremas y un alto nivel de absorción vertical”.

Si bien el cuadro Ultralight tiene varios puntos de mayor rigidez, esta necesaria característica en la G6 se nota a la hora de dominar la bicicleta en las bajadas y también cuando más se exprime pedaleando fuerte en repechos exigentes. Y si bien este no es el diseño más escalador de BH, su comportamiento en las subidas bien merece ser destacado, ya que comparándola con otras versiones aerodinámicas de diferentes firmas, el diseño y la geometría global de la marca vitoriana no es tan agresivo en sus formas. En definitiva, la versatilidad para todos los terrenos está más que garantizada, por lo que las prestaciones hacia arriba o cuesta abajo nunca dejan de ser sobresalientes.

La parte posterior del tubo de dirección, es decir, la ‘pipa’ que queda en el interior del cuadro y que une los tubos horizontal y diagonal, tiene un diseño más compacto que su antecesora G5, un elemento que sin duda le confiere esa rigidez y estabilidad a la hora de manejar la bici en las situaciones más complicadas o que requieren de una mayor técnica y precisión en marcha.

Desde que BH evolucionó su G5 a la G6 en el año 2013, las formas esenciales de su geometría quedaron ya establecidas, por lo que los posteriores cambios cuando la marca vitoriana realizó la última evolución de este modelo quedan patentes en los tirantes traseros, donde el freno pasó de estar en esas vainas superiores a las inferiores, con el sistema de frenado Shimano Mountbrake.

Y aquí, las preguntas pertinentes: ¿frena igual, frena más, frena mejor? Las mejores respuestas en este sentido siempre las debe dar el propio usuario, dependiendo de sus propias sensaciones, de la tensión del cableado de freno o del uso de zapatas específicas para ruedas con pista de carbono o de aluminio. En esta prueba, las ruedas Vision Trimax 30 Edition con banda de aluminio, nos dan nuestra respuesta: Es una frenada precisa y segura e incluso más progresiva que el de un puente de freno convencional. Con lo cual, nuestras dudas con la frenada de este sistema quedan resueltas: frena de manera óptima.

Otro elemento a destacar y que se seña de identidad de la BH G6 Pro Ultegra es su caja de pedalier sobredimensionada BB386EVO de 86,5 milímetros. Y no deja de ser otra evolución en la búsqueda de una mayor rigidez del conjunto. A esto hay que añadir la tecnología FDM en la parte del tubo donde se instala el desviador delantero del cambio y que cuenta con mayor superficie de apoyo, traducido en una mayor precisión y sensibilidad al cambio. Permitiendo además ganar unos milímetros de espacio en caso de colocar un juego de platos mayor al convencional compact de 50×34, sin que tengamos que preocuparnos de recolocar en nuestro montaje ese desviador delantero.

Como su propio nombre indica, la BH G6 Pro Ultegra viene montada esencialmente con este grupo mecánico de Shimano. Frenos, puente de freno delantero y desviadores delantero y trasero. Aunque también puede comprobarse cómo otra de las evoluciones de este cuadro es su ruta de cableado interno, añadiendo una segunda entrada en el tubo que va a parar directamente al freno trasero. Obviamente, ya no hay necesidad de un cableado interior a lo largo del tubo horizontal superior, y esto es sinónimo de una mayor estética.

La tija de sillín también es otra de esas señas de identidad que han caracterizado a este modelo de BH: desde sus primeros modelos con tija integrada total hasta la introducción del híbrido que combina esa integración de la tija para ganar en aerodinámica con un ajuste superior que permite regular a nuestro gusto la altura del sillín.

Los colores de esta BH G6 Pro Ultegra son los de esta versión en rojo suave combinado con el azul celeste similar al de las primeras G5 o una versión en la que predomina el color negro mezclado con elementos dorados y rojos. No se puede negar que son tonos atrevidos y llamativos, pero también se agradece de cara al usuario tener una opción que escape de los tonos negros y uniformes que desde hace años inundan el mercado y que tan hondo han calado en la mayoría de compradores.

Otras opciones que tienen los usuarios de una BH G6 en cuanto a montaje son los electrónicos Ultegra Di2 o DuraAce Di2. En este sentido sobra decir que este modelo ya se preparó desde su lanzamiento para poder albergar los grupos electrónicos y, además, si el usuario se decanta por esta opción, debe saber que el hueco que queda dentro de la tija de sillín está concebido para albergar los elementos de este sistema electrónico y que no queden visibles.

Tras varios entrenamientos a alta intensidad y siempre en terrenos quebrados donde tanto la bicicleta como la carretera nos exige velocidad y potencia, la G6 Pro Ultralight es una máquina que responde perfectamente a estas necesidades.

Esa evolución maestra de la marca vitoriana es patente desde su introducción en el mercado en 2015 y aunque nos hubiera gustado exprimirla aún más en largos puertos y sus correspondientes bajadas para sentir mejor las bondades de ese paso adelante en rigidez y estabilidad, si el mercado nos dice que esta bici es la elección de cientos de usuarios de todos los niveles, es que ninguno de ellos puede estar equivocado o insatisfecho. Una bici con diseño y espíritu aero pero que tampoco deja indiferente cuando el porcentaje de desnivel de la carretera asciende.

La evolución del Global Concept de BH queda más que demostrada, por lo que poco más se puede mejorar. Aunque, eso sí, la palabra evolución también implica seguir avanzando, diseñando y mejorando. Por esta razón nos preguntamos: ¿Cuál será la siguiente evolución? Honestamente, tenemos muchas ganas de conocerla. Y de probarla.