BH G8 Disc: Máxima integración (Test)

No ha sido este el mejor mes para tener que realizar una prueba a una bici. Noviembre es un mes de tránsito, en medio de la nada, en el cual estamos a la deriva entre un año que acaba y el próximo que tal vez nos parece lejano ante los próximos retos.

Si a esto le sumamos el otoño que hemos tenido en Vitoria-Gasteiz donde de los 30 del mes de noviembre, prácticamente ha llovido en 23, dan más ganas de quedarse bajo cubierta que atreverse a desafiar al mal tiempo. O quizás sí, ya que nada mejor que tener una máquina que probar para exigirme salir, y unas condiciones no precisamente óptimas para ver hasta dónde puede llegar una bici: la BH G8 Disc.

Esta vez no hemos tenido que movernos mucho para recoger la máquina porque la recogía en las instalaciones de BH (www.bhbikes.com) en Vitoria-Gasteiz, la misma ciudad en la que resido. Nos reciben, y hacemos un minitour por sus instalaciones. No es la primera vez, pero la última fue casi hace 15 años, y ni siquiera era en el mismo lugar. Todo está impoluto, desde el almacén perfectamente automatizado, el taller donde se comprueban bicis para expos, garantías o demás necesidades (¡qué envidia de taller!), hasta la gran sala que muestra la inmensa gama para el 2020 en la que recogemos la nueva BH G8 Disc 7.0. Todo encaminado para afrontar los retos futuros que el mercado de la bicicleta afronta.

La primera impresión es la de una bici aero, atractiva, limpia de formas, sin cables, con unos colores llamativos (rojo, granate y celeste) muy propios de los 70, o de esos para resaltar en Instagram, que llegan a impresionar incluso a mi mujer en al verla por primera vez. Las primeras impresiones en carretera con ella son también buenas: es cómoda, no me cuesta adaptarme a ella, solo tengo que dar con el punto en el que llevar la angulación del manillar.

Es rápida, sin duda. La comparó en una vuelta llana de 25 minutos hecha apenas unos días en las mismas condiciones con mi bici habitual con el mismo esfuerzo (245 vatios ambos días) y la BH sale ganadora por casi 20” de ventaja. No son bicis del mismo segmento, pero da buena muestra que es una bici aero en condiciones y te da ventaja en ese terreno. Subiendo no presenta tanta ventaja, pero no se queda atrás.

Mirando más al detalle G8 no es muy diferente de su predecesora ya que conserva sus líneas y geometrías. Hay dos grandes cambios que vienen marcados por la tendencia del mercado: integración del cableado y de los frenos de disco.

Es interesante como la marca alavesa ha conseguido llevar a ese primer requerimiento gracias a la dirección ACR de FSA, así como su conjunto de potencia y manillar. Tiene una estética tradicional, en el que la potencia y el manillar van por separados, pero en el que no se percibe ningún cable ni del Di2 ni de los latiguillos de freno, y todo con un una cuidada estética, sin juntas ni piezas móviles o flexibles.

El latiguillo de freno trasero va un poco justo dentro de carenado, lo que me hacía cuestionarme si tal vez podía incomodar el giro del manillar, o producir algún ruido, cosas que no llegaron a pasar. El otro factor a tener en cuenta con este tipo de sistemas integrados, algo común en casi todos ellos, es que a la hora de ajustar la altura correcta de manillar, deberemos tenerla clara desde un principio ya que no nos permite margen de jugar con ellas, ni siquiera para poder probarla casquillo arriba o casquillo abajo en los primeros días.

Fruto de la integración de todo el cableado se han eliminado de este la tapitas laterales que tenía su predecesora en el parte superior del tubo diagonal, algo que da mucha más sensación de limpieza en el cuadro.

Otro detalle interesante es que, a pesar del peso de 850 gramos que afirma BH que pesa el cuadro, no se aprecia ninguna zona frágil en el cuadro, dando sensación de robustez. Es algo que también me llamó la atención de ella, la mejora de la rigidez con otros modelos anteriores de la marca con los que había trabajado, sobre todo en la zona de pedalier y vainas traseras.

Aun así, el conjunto de la bici en cuestión alcanza los 8,2 kilos, un peso en la línea de otras bicicletas del mismo estilo. A pesar de que algunos quizás esto les parezca “excesivo”, no se la notaba para nada pesada o torpe en las subidas, en parte gracias a esa mejora en la rigidez lo que permite una mejor transmisión del trabajo que realizamos sobre ella.

La zona del anclaje de las ruedas es el otro punto en el que más remodelación ha habido. Se ha adaptado tanto la horquilla como la vaina trasera para poder instalar las pinzas de los discos así como el amarre de las ruedas que pasa a ser a través de ejes pasantes de 12mm de grosor.

En el caso de la 7.0, estos cierres eran de diseño de la propia BH, siendo bastante curiosos: unas palomillas finas que se podían ocultar dentro del mismo pasante y extraer para poder aflojar o apretar el mismo según convenga.

Lo mejor es que la palomilla no es fija y por lo tanto la podemos ocultar, y no es de las que se extrae, y tal vez la podamos olvidar en casa y no acompañarnos cuando más la necesitemos (algo muy propio de mí). El único pero de este sistema es que en esos días de lluvia y suciedad en la carretera esta entraba, se acumulaba y en algún momento los bloqueó. La solución es fácil: soltarlos, limpiarlos y lubricar con una capa fina de grasa; no dieron mayor problema.

Las ruedas que llevan montadas en este caso son las Evo 50mm de BH, muy acordes con el perfil aero de la bicicleta, aunque no muy de mi gusto personal. Como toda rueda de perfiles altos, sobre todo en la parte delantera, hace bastante más nerviosa de manejar en condiciones de viento lateral o ráfagas.

Otros que sufrieron de los lindo fueron los neumáticos. En este caso los Hutchison Epsilon de 28”. Buen agarre tanto en seco, polo y barro seco, así como con agua. El único pero de estos es que ese buen agarre en días de agua es un arma de doble filo ya que la suciedad de la carretera se adhiere más fácil a la banda central, provocando muchas veces pinchazos por perforación, como me tocó sufrir. Una lástima que no consideren traer de serie ya con sistema tubeless, sobre todo por la confianza que este sistema me ha dado en los últimos tres años sobre todo en condiciones adversas.

El resto de la bici viene vestida con el siempre fiable y eficaz Shimano Ultegra R8050 Di2 que tanto conocemos y que tan bien se adapta a estas integraciones, gracias al Junction EW-RS910 capaz de integrarse perfectamente en algunos manillares, pudiendo desde cargar el grupo, cambiar de modos e incluso realizar microajuste del mismo. Se completa el pack de la transmisión con las bielas FSA SLK, también gracias a la caja de pedalier específica de 86mm propia del fabricante italiano.

Estamos pues ante la primera respuesta de BH ante el desafío de una bici aero con todo el cableado integrado, que si bien no ha sido del todo agresiva, ha dado con la tecla de una manera eficaz y de buena estética, capaz de competir con los mejores y satisfacer a los clientes más exigentes.

Fotos: Oskar Matxin

BH G8 Disc 7.0, al detalle: Shimano Ultegra Di2 22s BH Evo 50 Disc / SLK 5.999,9 €

Otros modelos:

BH G8 Disc 7.5: Shimano Dura Ace Di2 22s Vision Trimax Carbon 40 / K-FORCE 8.999,9 €

BH G8 Disc 6.5: Shimano Ultegra 22s Shimano RS370 / GOSSAMER 3.999,9 €

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