El equipo Burgos-BH está en pleno proceso de reconstrucción. La formación de Julio Andrés Izquierdo ha competido durante muchos años en la categoría Continental, división a caballo entre el mundo profesional y el amateur. Y, además, lo ha hecho con más que evidentes limitaciones presupuestarias y con plantillas francamente mejorables. Todo eso parece cambiar de cara a 2018, el primer año de Burgos-BH en la categoría Profesional.
En el seno del equipo Burgos-BH son plenamente conscientes de que necesitan un cambio radical en la organización del equipo. Las mismas estructuras que hasta ahora eran necesarias y suficientes para gestionar un equipo continental ya no sirven para el salto de categoría. Es necesario crecer y hacerlo con orden. Por eso es más que inminente el anuncio de la incorporación de un nuevo director deportivo, lo que permitirá a Julio Andrés Izquierdo centrarse más que nunca en las labores de gestión global.
Burgos-BH, eso sí, fue el último proyecto en decidir que iban adelante con el salto de categoría, lo que siempre significa una lucha contra el reloj para cumplir los plazos de la Unión Ciclista Internacional. Todo está bien encaminado y durante los próximos días se cerrarán los últimos flecos administrativos, legales y económicos para que el equipo sea una realidad cuando salga a la luz pública la lista final de equipos admitidos: la primera semana de noviembre.
Esa labor de despachos ya ha tenido los primeros frutos en la confección de la plantilla. Muchos aficionados esperaban un equipo Burgos-BH de nivel medio-bajo. Pero en el seno del equipo burgalés han captado el mensaje: saltar a la categoría profesional sólo sirve si hay ambición. En 2018 son tres los equipos españoles en la categoría y sólo habrá cuatro invitaciones para la Vuelta a España, que podríamos dejar en tres si damos por sentado que Cofidis correrá la ronda española. Con esas condiciones, Burgos-BH no tiene alternativa: debe pelear desde el primer día de tú a tú con Euskadi-Murias y con Caja Rural-Seguros RGA.
En la confección de la plantilla se decidió empezar por la renovación de los mejores ciclistas del equipo continental actual. De ese modo, se apostó por seguir con la columna vertebral: Pablo Torres (1987), Igor Merino (1990) o Ibai Salas (1991). Estos tres ciclistas suman puestos de top10 a lo largo de la temporada, sin olvidar la victoria de Torres en el Tour de Gironde (Francia), una etapa y general. También suma puestos el joven velocista Daniel López (1994) -octavo en Almería, noveno en La Rioja-, que tendrá más responsabilidad en 2018 al ser el único hombre rápido. Otro que sigue es Álvaro Robredo (1993).
Y también continúa, incluso aumenta, la relación con BH que se vuelca y responde a la fidelidad de Izquierdo. De hecho, proveerá no solo las bicicletas, sino también de cascos y zapatillas.
Las incorporaciones son 10. De ellas, tres son ciclistas que proceden de equipos WorldTour. Por un lado, el ruso Matvey Mamykin y el alemán Silvio Herklotz, ambos del 94, ofrecen un perfil similar. Son jóvenes -sub-25-, pero experimentados. Han demostrado ser dos de los sub23 con más talento para las pruebas por etapas, pero un carácter tal vez individualista les ha dejado fuera de esa misma élite. En Burgos-BH ambos buscan lo que no tenían en Katusha y Bora: libertad para brillar.
El otro corredor procedente del WorldTour es Jose Mendes (1985). Este portugués siempre ha destacado por su regularidad y polivalencia, puesto que es buen escalador pero también contrarrelojista. Además, su función será la de convertirse en el líder en el asfalto por ser el corredor con más experiencia internacional de la plantilla pues ha disputado el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España.
Tampoco hay que olvidar dos refuerzos españoles de nivel del 90: el catalán Jordi Simón y el cántabro Jesús Ezquerra, procedentes del Soul Funvic brasileño y el Sporting-Tavira portugués, respectivamente. Tienen 27 años y con muchas ganas de regresar al pelotón profesional español para intentar brillar. Simón ya ha demostrado en más de una ocasión que es capaz de subir con los mejores -bronce en el Campeonato de España 2016- mientras que Ezquerra es un corredor rápido y con instinto para buscar fugas de nivel -ganador de una etapa en la Vuelta a Portugal el año pasado.
Otro ciclista de buen nivel es Adrián González (1992), quien abandona Euskadi-Murias. El burgalés puede aportar buenos puestos y, además, puede ejercer de lanzador de Daniel López. Y todo ello sin olvidar a Diego Rubio (1991), ex ciclista de Caja Rural-RGA y uno de los mejores en la escuadra navarra hasta el punto de haber sido seleccionado para disputar la Vuelta a España e incluso el Mundial 2016 en Catar.
Además, el Burgos-BH ha buscado jóvenes talentos. Por lo que se sabe hasta ahora se ha firmado a un corredor amateur español, Óscar Cabedo (Escribano Sports Team).
Estamos de enhorabuena, nuestro corredor @cabedooscar da el salto a profesionales con Burgos-BH. Te lo mereces pic.twitter.com/vfp3twuUdQ
— Escribano SportsTeam (@EscribanoTeam) 10 de octubre de 2017
Y también a un corredor de Mónaco. Victor Langellotti (1995) fue tercero en la crono del Giro de Aosta frente a muchos de los mejores sub23 del mundo. Y a un brasileño ya plenamente integrado en el pelotón español, Nicolas Sessler (1994), ganador en 2016 de la general de la Volta a Valencia y primer clasificado en 2017 en la general de la Volta a Lleida. Y stagiare este verano con el Israel Cycling Academy.
Los mimbres son sólidos. Ahora hace falta ver cómo evoluciona el nuevo proyecto Burgos-BH, un equipo empeñado en dejar atrás su papel de patito feo del pelotón profesional español para convertirse en un precioso cisne que sobrevuele por la Vuelta a España de 2018.