Canyon Aeroad CF SL 8.0 DI2: La aero casi perfecta por 4.199 euros

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hace 6 años

No es exactamente la misma máquina que lucen los hombres más rápidos del Movistar Team aunque tenga sus mismos colores, pero casi. No es la Aeroad tope de gama de Canyon, pero casi. No podemos decir que sea la bicicleta aero perfecta, pero casi.

La Canyon Aeroad CF SL 8.0 Di2 tiene todo lo necesario para rodar muy rápido y sentir lo muy poderosa que es esta máquina en cada pedalada, en todas nuestras arrancadas, en los repechos a exprimir o en esos llanos interminables en los que relajamos nuestra espalda y damos gas a nuestras piernas. Su precio de 4.199 euros es otra de esas variables que hacen de esta bici la aero ‘casi perfecta’, ya que con este desembolso que no es exagerado podemos disponer de uno de los grupos electrónicos más precisos y reconocidos del mercado como el nuevo Ultegra Di2 o unas ruedas de perfil y gama alta como las DT Swiss ARC 1440 Dicut.

A lo largo del test hablaremos de sus prestaciones a toda velocidad, pero si algo distingue a Canyon es que es una marca que ajusta como nadie los precios de sus productos. Podría tener un montaje más sofisticado en cuanto a grupo o bien una opción con frenos de disco. Ningún problema, lo tenemos a nuestra elección en el catálogo de Canyon, del mismo modo que si como los ciclistas del Movistar Team preferimos Campagnolo a Shimano. Es cuestión de gusto y sólo hace falta un golpe de clic para que en unos días llegue a nuestra casa esa caja de grandes dimensiones con esta bicicleta aero que, a nuestro juicio, es casi perfecta.

En Zikloland ya devoramos largos kilómetros sin prisas con la garantía de comodidad y rendimiento que nos ofreció la Endurace CF SLX Disc 8.0. Asimismo, también comprobamos con la Ultimate AL SLX 9.0 que a un cuadro de aluminio con un montaje y ruedas tope de gama también podemos sacarle el máximo partido ahorrando unos euros y disfrutando de lo mejor pese a que nuestra montura no sea de fibra de carbono.

En nuestra experiencia sólo faltaba exprimir y dar gas a una Aeroad, el consolidadísimo modelo aero de Canyon y que es referencia absoluta en el mercado. No la vemos demasiado por televisión con los ciclistas del Movistar Team porque suelen elegir la Ultimate para competir en todos los terrenos, pero sí nos es más familiar en los rodadores del Katusha-Alpecin.

Más allá de su uso en el WorldTour desde la temporada 2014, año en que el equipo navarro cambió de Pinarello al fabricante alemán, la Aeroad se ha convertido en un fenómeno de ventas a nivel mundial y el diseño y geometría de su cuadro no ha sufrido variaciones desde hace varias temporadas. Si algo funciona de forma precisa y además estéticamente conforma una armonía muy agradable a la vista, pues mejor no tocarlo. Aunque a final de cada temporada siempre hay rumores de que ese rediseño acabará llegando tarde o temprano.

Mientras tanto, llegue o no llegue ese nuevo diseño de la Canyon Aeroad, nosotros hemos disfrutado al máximo de esta Aeroad CF SL 8.0 DI2 y por supuesto con su montaje en Shimano Ultegra electrónico, el Aerocockpit CF (manillar plano con potencia integrada) que distingue a la marca alemana y con unas ruedas de perfil alto de pura competición como son las DT Swiss ARC 1400 Dicut.

Más adelante trataremos de explicar el mucho juego que nos han dado estas llantas a toda velocidad, pero antes conviene desgranar un poco mejor el conjunto de esta Canyon Aeroad CF SL 8.0 DI2. Decíamos que tanto en freno de disco como de zapata convencional el usuario tiene tres opciones más sofisticadas en montaje y cuadro (los modelos llamados SLX con fibras de carbono superiores). Pero para disfrutar de la esencia y prestaciones de esta bici tampoco hace falta mirar mucho más arriba, por eso la hemos definido como ‘casi perfecta’.

En ocasiones el aspecto de una montura aero con unas ruedas de perfil alto impone demasiado a la hora de la conducción. No es el caso de la Aeroad, pues aunque sea una bicicleta muy rápida y reactiva en las arrancadas, ofrece una estabilidad total en todos los terrenos, incluso en subidas largas pese a que ésta no sea su concepción. La propia marca aclara en su descripción oficial que su perfil Trident 2.0 de los tubos corta el aire para dar una “mayor velocidad real”, mientras que su geometría ‘Pro Geometry’ ofrece una posición baja y agresiva para lograr “una eficiencia aerodinámica sin parangón”.

En efecto, sólo teníamos que relajar los hombros, poner recta la espalda y agarrar el manillar de las manetas o bien abajo y abrir gas para comprar ese comportamiento aerodinámico y esa sensación de velocidad real. Una vez alcanzada nuestra (modesta) velocidad de crucero en llano queríamos más. Igual que en arrancando, porque las citadas ruedas DT Swiss ARC 1400 actúan como un elemento diferencial para darnos esa velocidad punta y no sólo porque hayan sido diseñadas por pura ingeniería de Fórmula 1 de Swiss Side. Tal vez lo dieran con otras ruedas con un perfil de 50 milímetros o superior, pero estas en concreto del conocido fabricante suizo –recordamos que son de 62mm de perfil- son el complemento perfecto para volar.

Te pones de pie, agitas la bici y escuchas cómo cortan el viento y cómo sientes su exquisitez al rodar gracias a sus rodamientos cerámicos Sinc y también a los neumáticos Continental Attack, en este modelo de 23mm y con cámara aunque puede montarse tubeless. Por no hablar de su frenada progresiva con las zapatas específicas que trae de serie. No las hemos probado en mojado, pero los avances en carbono ya han acabado de convencernos y a guardar en un cajón bajo llave algunos prejuicios sobre estas ruedas específicas.

Si otra parte principal de esta bicicleta convence funcional y estéticamente es el envidiado por otras marcas Aerocockpit CF de Canyon. Éste consiste en la fusión de manillar y potencia en una misma pieza, que se integra a la perfección en el cuadro en términos de diseño y rendimiento. El resultado final es el ahorro de aproximadamente 5.5 W a 45 km/h, muy por encima de lo que se consigue con un manillar convencional, tal y como lo define el fabricante.

No hemos contado vatios en las salidas de nuestra prueba aunque deberíamos haberlo hecho para complementar esa sensación de velocidad y darle mucho más realismo, pero también nos ha quedado muy claro que una bicicleta tan rápida debe traer consigo un cambio muy rápido y aún más preciso. Por estas razones de peso hablar del muy conocido Shimano Ultegra DI2 R8050 es sinónimo de rapidez y precisión a golpe de clic en nuestras manetas. La velocidad también se siente en sonidos, por eso hablábamos de cómo se corta el viento, pero ese ‘clac’ que nos ofrece el grupo japonés cuando subimos o bajamos coronas o la propia melodía del desviador, también nos hace darnos cuenta del vértigo que genera esta Canyon Aeroad en su conjunto.

El desarrollo de serie es un 52-36 en platos y un 11-28 en el piñón, más que suficiente para afrontar cualquier terreno a toda velocidad, aunque algo escaso en puertos más largos o pendientes con un desnivel exagerado. Todo depende obviamente de nuestro estado de forma, pero si hemos optado por una de las reinas de las bicis aero, es que vamos a exprimir este desarrollo que trae de casa.

Un pequeño detalle que tampoco se nos puede pasar es el compartimento para la centralita del cambio justo en la potencia del manillar Aerocockpit CF H36. Bien encajado en esta parte y fácil de extraer para cargar las baterías de cambio y desviador, es otro punto a favor de este manillar que también permite el cableado interno para limpiar estéticamente esta parte frontal de la bicicleta.

En definitiva, cualquier modelo/montaje de la Canyon Aeroad necesita muy poca presentación dado que puede decirse que es uno de los modelos más consolidados del mercado. Pero una vez sobre los pedales y el sillín, cualquier arrancada o cambio de ritmo o bien en una postura agresiva y rodando a toda máquina, nos demuestra por qué es una referencia.

A esta máquina apenas se le pueden poner peros, aunque tenga ‘hermanas mayores’ en su propio catálogo. Por eso es la bici aero casi perfecta y tras exprimirla –dando por sentado que la perfección no existe- podemos ser osados y concluir que está muy muy cerca de algo parecido a la perfección. Tan sólo hace falta comprobarlo.