Carlos García Pierna (1999, Polartec-Kometa) va a cambiar muy pronto de apodo en el pelotón. Quienes compartes carreras con él lo conocen como ‘el juvenil’. Pero cuando se descubrió para la categoría elite y sub23 -quienes lo seguían desde antes ya sabían quién era- en el Trofeo Iberdrola, su rueda pasó a ser una de las más vigiladas del campo amateur en nuestro país.
Ante todo, hablar con él implica darse cuenta de que es un apasionado de este deporte. Lleva la cuenta de todo lo que ocurre, recuerda anécdotas tan puntuales que para cualquiera pasarían inadvertidas. Y todo lo estudia con detalle. En su primera temporada, ‘el juvenil’ ha sido protagonista de un sinfín de carreras en las que sólo le ha faltado una victoria para redondear.
Y eso es precisamente parte de lo que quiere: empezar a buscar victorias. Ya tiene todo lo demás. La regularidad entre los mejores -con sólo 19 años- es lo más importante, y reconoce que no se lo esperaba: «Pero para nada. Yo sabía que el invierno había sido bueno, pero llegué al Sanroma sin saber dónde iba a estar. Tenía como objetivo lo primero hacer caso al equipo, y luego tratar de estar por la mitad del pelotón. Y fue todo lo contrario: me metí en las fugas, cogí los cortes buenos y el segundo día pasé la zona más dura con los mejores«, comenta el madrileño.
Y ahí llegó su gran día. O, mejor dicho, el primer gran día. Ese Trofeo Iberdrola que acabó cuarto pero donde fue el claro protagonista: «Ya el día anterior, en Zamora, que no era una carrera para mí, llegué delante y empecé a pensar que tal vez podía establecerme ahí, cerca de los mejores. Pero lo de Iberdrola fue increíble. El equipo me dio rienda suelta y cuando se rompió la carrera y había estado ya en los abanicos, me metí en el grupo de ocho. Miré a la gente que estaba y no podía creer que yo fuera ahí«.
A partir de ese momento, Carlos García se convirtió en un objetivo para los rivales. Si se movía, peligro. «Creo que podría haber hecho mejores resultados de estar menos vigilado», dice, pero pronto le da la vuelta: «Si te vigilan es porque creen que tienes peligro, y personalmente da motivación y más en mi primer año», argumenta.
Hoy toco “acompañar” a @garciacarlos117 en su entrenamiento #cuerdalarga #preparacioninvernal #quererespoder pic.twitter.com/Yy85Mb8j3n
— Félix Garcia Casas (@Fgarciacasas) 4 de noviembre de 2018
Y ese control ha acelerado su aprendizaje, que ya de por sí está siendo bastante intenso en esto del ciclismo: «Como empecé tarde, he ido aprendiéndolo todo muy rápido. Y si te intentan controlar, tienes que buscar el momento idóneo para moverte. Soy combativo por naturaleza y tengo que encontrar la oportunidad. Buscar un sitio donde hay peligro para meterte delante, arrancar en un sitio donde puedas imponerte por cualidades… al final en un puerto largo el que se va lo hace por fuerzas. Pero eso no siempre pasa, así que es mejor encontrar el momento adecuado».
Un paso necesario
Más arriba se dijo que Carlos García es de los que lo llevan todo al detalle. Y lo hace hasta el punto de dar al periodista un dato que desconocía. El madrileño, que en este 2018 se ha medido ya con ciclistas que competían a nivel internacional en el Campeonato de Europa: «Si miramos, los sub23 que han venido de correr en carreras internacionales con continentales, cuando han vuelto seguido a España han ganado la siguiente carrera. Mota en Castellón venía de la República Checa. David González en el Momparler venía del ZLM Tour… yo sólo he corrido el Europeo, pero te das cuenta de dos cosas. Primero ves que los que ya son profesionales tienen un punto más, y luego que para nuestra formación es esencial salir fuera», reflexiona.
Eso es algo que, si todo va como debe, hará bastante más en 2019. «El año que viene el equipo ha buscado algunas salidas internacionales para que los sub23, además del equipo continental, podamos hacerlas y medirnos con ellos. Creo que es un paso necesario».
Escalador puro por condiciones, le gustan los puertos más mientras más largos y duros sean. En sus propias palabras, si hay una hora de esfuerzo con rampas al 10%, mejor que si son 30 minutos: «Es verdad que, cuando estás en forma, uno pasa casi todo bien. Me acuerdo de la Vuelta a León, que la tercera etapa llegaba en un final explosivo. Y yo que normalmente suelo pagarlo porque no tengo esa explosividad, en cambio fui mejor de lo esperado aunque no me sirviera para ganar. Pero también es verdad que las rampas duras vienen bien para los que somos muy ligeros, porque se puede sacar ventaja a otros corredores más pesados», explica.
Y, en cambio, también tiene claro que su trabajo prácticamente acaba de empezar. Sabe que hay mucha faena por hacer y muchos aspectos que mejorar. «Debo mejorar subiendo, bajando, en llano… ¡tengo tanto por aprender aún! La crono, por ejemplo, es una disciplina a trabajar mucho. Y las bajadas, que por mi poco peso me cuestan más. Son dos puntos que debo pulir más que el resto. Pero creo que me queda progresión en casi todas las áreas».
Ahora, Carlos se encuentra haciendo la pretemporada después de un descanso «largo» para recuperar de un año «bastante exigente». Ya se encuentra haciendo caminatas por el campo, cogiendo la MTB y yendo al gimnasio para hacer trabajo de fuerza. Ahora comienzan las primeras salidas en bici: «No me canso nunca de la bici, pero es cierto que hacer otras cosas da un respiro«. Está satisfecho por la regularidad lograda «sobre todo en verano, que me encanta el calor» y tiene claro su objetivo para el futuro. Ganarse el hueco.
«Me gustaría ganarme el pase a profesionales para 2020. He aprendido rápido y la temporada que viene conoceré mejor la categoría así que espero estar preparado para poder pasar». Ese es su reto a nivel personal. La motivación para afrontar la temporada. Sin embargo, de carreras específicas de momento no habla porque aún está todo por definir: «En diciembre tenemos la concentración y se planificará qué disputará cada uno. A mí se me suelen dar bien las vueltas y me gustaría disputar alguna. Y si no puedo yo, ayudar a que un compañero la gane como ocurrió este año en Bidasoa con ‘Juanpe’, una carrera que me encantó».
Así que con esa idea en mente, Carlos García empieza a ‘quemar’ la pretemporada. Ya ha demostrado consistencia y, sobre todo, también da enormes muestras de madurez y de tener muy claro lo que tiene. Y el esfuerzo que cuesta conseguirlo.
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