Elegir un ciclocomputador no es una tarea sencilla. Ni a la hora de cambiar de dispositivo o marca exigiendo más funciones y mejores prestaciones en caso de ser un usuario muy familiarizado con la tecnología o, por otro lado, los que ya entrenan con medidor de potencia y ni mucho menos para aquellos que parten prácticamente desde cero.
Elegir bien este aparato que desde hace años ya es más que un cuentakilómetros al uso o un simple medidor de pulsaciones es una labor que requiere cierto estudio y un conocimiento del dispositivo en sí. Se trata de un accesorio que nos va a acompañar en todos nuestros kilómetros durante varios años e incluso va a guiar nuestras rutas, así que conviene tomar bien esta decisión.
Para no equivocarnos o al menos hacernos más fácil esta decisión, la firma Bryton pone a disposición de todo tipo de usuarios una variada colección de dispositivos, desde los más sencillos con las prestaciones básicas –pero siempre precisas- a los más sofisticados para que no se nos escape ningún segundo en esos KOM’s o récords personales de Strava ni tampoco ningún vatio si es que medimos nuestros entrenamientos como auténticos pro.
Del modelo ‘Rider one’ al ‘Rider 530’ o bien el que nos ocupa en esta prueba, el ‘Rider 410’, un aparato que aúna todas esas funciones y las prestaciones GPS compatible con el sistema de navegación por satélite global completo, y que según la propia marca “proporciona una adquisición más rápida y un posicionamiento más preciso que nunca”.
Las descripciones iniciales convencen, pero también lo hace que esta marca y este modelo en concreto también sea el que utilizan en competición y entrenamientos los ciclistas del equipo italiano Willier-Triestina, o sea, el de Filippo Pozzato. Pero al margen de este uso profesional, también convence a la primera su pantalla de 2,3 pulgadas, que es lo suficientemente grande y visible para ver hasta ocho campos de datos simultáneamente en cada página, pudiéndolo configurar como más nos plazca en cada página.
Algo que tampoco se escapa en los Bryton es que admite los sensores de actividad ANT+ y BLE (Blutetooth) para que sea compatible con otros accesorios marca de la casa o simplemente que tengan este sistema de transmisión de datos.
Entre sus funciones, un total de 72 a visualizar en los citados campos de datos, están todas las que se le puede pedir a un ciclocomputador avanzado, pero también destaca que cada pantalla y un seguimiento exhaustivo de nuestros propios registros gracias a su APP. La comodidad que ofrece poder configurar y personalizar este dispositivo desde nuestro teléfono móvil es un detalle que marca diferencias, como también lo es la duración de su batería, 35 horas según el fabricante y un peso ligero de apenas 71 gramos.
Pero hay más, el dispositivo en sí es resistente al agua, polvo e incluso pequeños golpes siendo capaz de funcionar en un rango de temperaturas de entre diez grados bajo cero hasta cincuenta grados centígrados. Es decir, ideal en todas las condiciones gracias a la normativa homologada IPX7.
Su precio es relativamente asequible, comparado con otros dispositivos de similar rango de firmas más conocidas en este sector: Desde 129,95 euros con un pack básico a 189,95 euros con un estuche que incluye soporte para el manillar además de una banda de transmisión de pulso y medidor de cadencia.
Conviene insistir en que hay que estudiar bien cada dispositivo antes de comprarlo, comprendiendo previamente cuáles son nuestras necesidades reales para medir nuestros datos y entendiendo si ayudas extras como la APP del Bryton 410 y su sincronización con Strava o Training Peaks es lo que realmente demanda nuestro día a día ciclista.
En nuestras salidas de prueba hemos detectado su precisión, ligereza (y también hay que decirlo) la discreción y tamaño no excesivamente grande a la par que ligero del propio dispositivo. Respecto a la navegación, aunque conocíamos perfectamente el camino en nuestras rutas hemos comprobado que efectivamente es muy fiable y los campos se ven perfectamente en la pantalla guiando nuestra ruta.
Pocos peros se pueden poner a este Bryton 410, un desconocido que sin duda nos lleva por un camino adecuado a la hora de exigir todo lo exigible a un ciclocomputador.
Fotos: David Fuentes, www.davidfuentesphoto.com
Test anteriores:
- Polar V650 OH1: Un ciclocomputador para ser más rápidos y precisos
- Ridley Helium X Ultegra Race: ADN Flandrien
- Pissei Sanremo: Un verano con mucho estilo
- Merida Scultura 5000: No hace falta más para tenerlo casi todo
- Giant Propel Advanced Pro Disc: Filosofía aero
- Sporftul Bodyfit Pro: ¡Que no se acabe nunca la primavera!
- Ruedas Corima S+: Rodando al más alto nivel
- 3T Strada Stealth: Desciframos el enigma de la bici monoplato