Si el año pasado fue el de la retirada de Fabian Cancellara, este fin de semana empieza con el Omloop Het Nieuwsblad y la Kuurne-Bruselas-Kuurne la temporada de clásicas de la despedida de Tom Boonen, que tiene un reto con la historia ante una generación consolidada a sus pies.
Durante las próximas seis semanas, desde que se dispute este sábado el Omloop Het Nieuwsblad hasta que llegue la París-Roubaix el segundo fin de semana de abril, el pavés será el principal protagonista en el mundo del ciclismo. El misticismo de las clásicas, está claro, no supera el de ningún otro tipo de carreras, y el calendario belga del adoquín es el que guarda más reminiscencias del ciclismo clásico, batallador, incontrolado e imprevisible.
Omloop Het Nieuwsblad y Kuurne-Bruselas-Kuurne (25 y 26 de febrero) darán el pistoletazo de salida este fin de semana, que tendrá su continuidad con pruebas de menor rango como Le Samyn (1 de marzo) y Nokere Koerse (15 de marzo), que están separadas el fin de semana de la cada vez más disputada Strade Bianche italiana donde la mayoría de especialistas también van a disputar por su recorrido de tierra toscana.
Posteriormente, el nivel va subiendo a finales de marzo con Dwars door Vlaanderen (22 de marzo), que este año estrena categoría WorldTour, GP E3 Harelbeke (24 de marzo) y Gante-Wevelgem (27 de marzo), antes de llegar la semana de los Monumentos, las joyas de la corona, con el Tour de Flandes (2 de abril) y París-Roubaix (9 de abril), con el GP Escalda o Scheldeprijs (5 de abril) de puente como premio a los velocistas.
Las últimas piedras de un mito
La épica intrínseca de estas carreras se verá incrementada, además, por el cierre final de una era, con la retirada de los dos corredores que más han marcado éstas carreras en los últimos 15 años. Si 2016 fue el de la despedida del suizo Fabian Cancellara (3 veces ganador de Roubaix, 3 Tour de Flandes, 3 Harelbeke…), este año dará sus últimas pedaladas el mito Tom Boonen, que colgará la bicicleta tras la disputa de la París-Roubaix.
El campeón del mundo de 2005 (4 veces vencedor de Roubaix, 3 de Flandes, 3 Gante-Wevelgem, 2 Harelbeke, 3 Scheldeprijs…) tiene la posibilidad de ocupar un hueco más grande en la historia del que ya merece con la posibilidad de alcanzar el récord absoluto de victorias en los dos Monumentos. En Flandes, encabezan el ránking hasta seis corredores (Buysse, Magni, Leman, Museeuw, Cancellara y él mismo), mientras que en el Infierno del Norte, solamente Roger De Vlaeminck ha sumado tantas victorias como Tommeke. Un quinto entorchado, del que unos pocos centímetros le separaron el año pasado, le subiría al Olimpo.
“Me siento bien volviendo de Omán que era mi verdadero objetivo para la carrera, a pesar de la caída en la primera etapa. Pude hacer la preparación que tenía prevista hacer. Solamente en aquella semana acumulé 1.200 kilómetros en mis piernas, así que es perfecto”, explica el belga sobre su inicio de temporada, en el que todo el mundo apunta que se le está viendo más fino que nunca.
Su vuelta al pavés con un Omloop Het Nieuwsblad en la que nunca ha ganado a pesar de subir tres veces al podio, le tiene ilusionado. “Estoy contento por empezar a correr en Bélgica. El Omloop Het Nieuwsblad es siempre una carrera especial y un momento importante en Flandes: la primera carrera, la primera vez que la gente sale a ver la carrera, la primera vez en los adoquines… ¡ya estoy impaciente!”, destaca Boonen.
Alternativas y renacimientos
Ese cierre de época no significa que llegue el vacío, más bien al contrario. Un relevo generacional paulatino en las clásicas es un hecho en el último lustro, y así lo reflejan los últimos vencedores de los Monumentos, como en Flandes (Sagan, Kristoff), Roubaix (antes de la sorpresa del veterano Hayman el año pasado ganaron Degenkolb y Terpstra) o el misma Omloop de este sábado, donde la temporada pasada por fin dio diana un Greg Van Avermaet que meses después lograría ser campeón olímpico.
El doble campeón del mundo Peter Sagan (Bora-Hansgrohe), liberado desde una temporada pasada donde abrió por fin el cajón de las grandes victorias con una exhibición en el Tour de Flandes, es sin duda uno de los centros de atención, seguido muy de cerca por un Greg Van Avermaet (BMC) cuyo crecimiento paulatino le ha convertido ahora en una referencia. Los duelos entre Sagan y el belga (Het Nieuwsblad, Tirreno, Québec, Montréal…) se están convirtiendo en un género propio.
Muy de cerca les siguen perfiles más de sprinter como dos corredores que ya saben lo que es ganar Monumentos como son el noruego Alexander Kristoff (Katusha-Alpecin, ganador de San Remo y Flandes), que tuvo un 2016 con menos puntería tras un 2015 pletórico en el que parecía haber nacido un Boonen joven, y el alemán John Degenkolb (Trek-Segafredo, ganador de San Remo y Roubaix), del que se espera que pueda volver a su mejor nivel tras verse obligado a saltarse la pasada campaña de clásicas por un grave accidente de tráfico en pretemporada.
Todos ellos sin olvidarse del potencial que hay en el mismo Quick Step de Boonen (el ganador de Roubaix Niki Terpstra, Zdenek Stybar, la llegada de Philippe Gilbert…), el potentísimo y poco rematador Sep Vanmarcke, que empieza una nueva etapa en Cannondale-Drapac, las diferentes bazas del siempre activo Lotto-Soudal (Jürgen Roelandts, Tiesj Benoot), la pareja del Team Sky Ian Stannard y Luke Rowe, el siempre presente Edvald Boasson Hagen (Dimension Data) y, claro, un Imanol Erviti (Movistar Team) que el año pasado impresionó con sendos top 10 en los dos Monumentos.
El primer fin de semana
El primer encuentro con el pavés llega este sábado con el Omloop Het Nieuwsblad (World Tour por primera vez), con 198,3 kilómetros en los cuales se superan 13 muros (algunos históricos como el Kapelmuur, Kruisberg, o el Taaienberg, conocido como el muro donde siempre atacaba Boonen) y otros 10 tramos de pavés, el último de los cuales se supera 20 kilómetros antes de la llegada en Gante, donde la carrera siempre está muy seleccionada.
Por su lado, la Kuurne-Bruselas-Kuurne (1.HC) del domingo suele ser algo menos selectiva en sus 207 kilómetros, en los que se superan 12 muros encabezados por el icónico Viejo Kwaremont (de los más largos de estas carreras, con más de 2 kilómetros de largo), aunque su presencia en el último tercio de la carrera tampoco deja que sea una lucha por el sprint. Allí, Boonen, que mantiene el récord de victorias con tres, empezará a encarar su reto final con la historia.