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El control de la fatiga (II)

En el artículo anterior se propuso una introducción general al concepto de fatiga. Continuando ese hilo conductor, en este segundo artículo, se profundizará un poco más en el tema. Para ello, se hará referencia a la necesidad de llevar un control general de la fatiga, proponiendo una hoja de control y exponiendo un caso práctico.

Como en el artículo anterior, parte de la información se basa en los artículos de Grove et. al. y Meussen et. al.

A menudo la fatiga se relaciona con los factores estresantes del entrenamiento. Es decir, cuanto más se entrene (con más volumen y/o intensidad y/o densidad) más fatigado se estará. Aunque en cierta medida esa relación exista hay más variables que influyen en la fatiga. Entre esas variables se encuentran los estresantes psicosociales. Normalmente, la fatiga acumulada suele tener reflejo a diferentes niveles: físico, psicológico, social,…

Se han estudiado multitud de variables metabólicas, cardiovasculares, inmunológicas, neuromusculares y endocrinas relacionadas con el distress; pero se ha observado que variables psicológicas y de estados de ánimo son más eficientes para una detección primaria de los procesos de fatiga, además de ser más baratas y no invasivas.

Por lo tanto, el control del estado de fatiga es una acción aconsejable e importante. Este control podría ayudar a determinar si los procesos mencionados son acordes al momento en el que se encuentra el ciclista o no. La fatiga tiene numerosos signos y síntomas. Grove y su grupo de trabajo proponen utilizar el siguiente cuestionario y rellenarlo de manera periódica:

Imagen 1: Hoja de control periódico propuesto por Grove y su grupo de trabajo.

Mediante el Trainning Distress Scale (TDS) se puede aproximar a la determinación del grado de fatiga. Cuanto mayor sea el valor del TDS mayor, será el nivel de fatiga.

Existen otras muchas hojas de registro que se pueden utilizar junto a variables fáciles de registrar, como pueden ser la frecuencia cardíaca basal, peso, temperatura corporal,… En el caso de las mujeres se suele proponer llevar un registro adicional relacionado con los signos y síntomas del ciclo menstrual y su relación con el rendimiento.

A continuación se muestra un ejemplo real de los datos registrados durante una concentración de 13 días de duración:

Tabla 1: hoja de registro utilizada en una concentración de 13 días. Se puede observar la fatiga acumulada los días 6-7 y 10-11 de la concentración.
Borg = percepción de esfuerzo del entrenamiento en una escala de 6-20.

En las siguientes 2 gráficas se muestran la evolución diaria de las horas de sueño, calidad de sueño, Borg y TDS:

Gráfica 1: evolución de la cantidad y de la calidad de sueño. Se puede observar cómo la calidad como la cantidad del sueño están seriamente comprometidas los días 6,7,10 y 11 de la concentración.

Gráfica 2: evolución del Borg y TDS. Se puede observar como la percepción del esfuerzo respecto al entrenamiento es alto en la mayor parte del entrenamiento (valores de Borg superiores iguales o superiores a 14) y que los valores del TDS son muy altos los días 7 y 11.

Este tipo de información, junto a otras variables relacionadas con el registro del propio entrenamiento, puede ayudar a orientar y ajustar de manera adecuada el proceso de entrenamiento. Sería aconsejable seguir los consejos de los diferentes profesionales relacionados con el deporte y el ejercicio físico, y en caso de fatiga no habitual o duradera, consultarlos.

Bibliografía

La importancia de la fatiga en el entrenamiento (I)

La próxima semana, la tercera y última entrega sobre la fatiga

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