La economía mundial se acerca al colapso por la crisis del coronavirus. Las bolsas han marcado descensos entre el 20 y el 40% en la mayor parte de sus valores. Y el número de despidos (temporales o definitivos) se dispara por momentos. Pero, ¿qué ocurre con los patrocinadores de los equipos ciclistas?
Es pronto para saberlo. Pero algunas voces muestran su preocupación. El mánager del Deceuninck-QuickStep, Patrick Lefevere, ha explicado en las páginas de Het Nieuwsblad: «Todas las empresas que exportan verán muy disminuidos sus ingresos y cuando eso ocurre, uno de los primeros departamentos con recortes es el de márketing. Por ello, es ilógico pensar que el impacto económico de la crisis del coronavirus no va a afectar al ciclismo«.
El veterano mánager apunta a una salvación para el patrocinio de equipos ciclistas: el Tour de Francia. En ese mismo sentido se expresa el director español, Joxean Fernández Matxin, en Ciclismo Internacional: «Sinceramente, si empezamos en el Tour y se hace el Tour deberíamos darnos por satisfechos”. La idea básica para todos los equipos es más que evidente: la mayor parte de la repercusión mediática de todo el año se logra en el Tour de Francia. Los equipos pueden resistir si se suspenden clásicas y vueltas de una semana… pero un año sin Tour, es un golpe al mentón de la rentabilidad.
El recorrido del Tour de Francia 2020:
El problema de la crisis para el ciclismo es que basa su fuente de ingresos en patrocinios que ahora mismo no lo están pasando bien. Incluso países como Kazajistán (Astana), Bahrein o UAE han visto caer en picado sus ingresos por la exportación de materias primas. El petróleo, por ejemplo, está en mínimos y eso significa un freno claro para las economías de estos países.
Lo mismo puede decirse de otros muchos patrocinadores, como la cadena de hoteles B&B, una marca que seguro que ve disminuidos casi hasta cero sus ingresos y que es el principal sponsor del conjunto Vital Concept. Sunweb, una empresa europea vinculada al turismo, tampoco debe estar haciendo buenos números en un momento en el que los viajes por placer están prácticamente prohibidos.
En el otro lado de la balanza hay marcas que no deberían sufrir en sus ingresos. Empresas como Movistar siguen trabajando con normalidad, puesto que con el confinamiento todos seguimos hablando por teléfono y usando internet. Y también las hay en una situación intermedia. El mejor ejemplo puede ser EF (Education First). Esta empresa seguro que ve afectados sus ingresos por el capítulo de viajes internacionales (totalmente bloqueados), pero también tiene muchas posibilidades de crecer en el apartado de cursos de idiomas por internet, ya que estos tiempos de cuarentena domiciliaria son muy buenos para estudiar.