El equipo ideal de 2019: Jakob Fuglsang, la confirmación (V)
Foto: Getty Sport / Astana Pro Team
Aunque ya suene algo lejano, Jakob Fuglsang (1985, Astana Pro Team) fue la sensación de la primera mitad de temporada. Poderoso en todos los terrenos, las clásicas y las vueltas de una semana, consiguió resultados que le han servido para terminar tercero en el ránking UCI.
Fuglsang ha alcanzado su plenitud física a los 34 años. En una carrera profesional en la que he tenido que ser gregario de los Schleck o Nibali, la medalla olímpica en Río de Janeiro 2016 supuso un punto de inflexión para el danés, que empezó a creer más en sus posibilidades.
Foto: LaPresse – D’Alberto / Ferrari
Y en 2019 ha confirmado su progresión. Se estrenó con la general de la Vuelta a Andalucía, tuvo su primer duelo con Alaphilippe en la Strade Bianche, segundo, y solo la crono por equipos le impidió ganar -fue tercero- la Tirreno-Adriatico, donde dio un recital en la etapa reina.
Fuglsang preparó las Ardenas con un impecable trabajo de gregario en la Itzulia -terminó cuarto- que sirvió la victoria a Ion Izagirre. Y en las clásicas culminó su primavera siendo el antídoto de Alaphilippe. Tercero en Amstel Gold Race, segundo en Flecha Valona y una exhibición en solitario en la Lieja para conseguir su primer Monumento.
Todo se truncó nuevamente en el Tour de Francia, la carrera que puede con él, pero Fuglsang ya había justificado con creces su temporada. Este año llegó mejor preparado que nunca tras ganar su segundo Dauphiné; sin embargo, una caída en la primera etapa del Tour le provocó correr a contracorriente hasta abandonar en la etapa 16.
Aun así, el polivalente danés se resarció con una victoria de etapa en La Vuelta, en La Cubilla, para acabar la temporada rozando el podio en Il Lombardia, cuarto, y después de ser 12º en el Mundial. Fuglsang ya piensa en 2020 con una meta por encima de todas: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, el evento que abrió su camino.
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