El equipo ideal de 2019: Julian Alaphilippe, ídolo francés (VIII)
Cuesta recordar estados de forma tan pletóricos como el que ha gozado Julian Alaphilippe (1992, Deceuninck QuickStep) desde la Vuelta a San Juan hasta el Tour de Francia. Al francés se le agotó la gasolina, pero su defensa del maillot amarillo impresionó al mundo del ciclismo.
Cada año, Alaphilippe va superando sus propios límites. Hasta el inicio de 2018, solo había logrado 6 victorias y en las dos últimas temporadas ha sumado 24. Pero, en 2019, el francés ha trascendido todavía más por su estilo que por las victorias. Solo él es capaz de ganar sprints masivos, contrarrelojes y etapas de alta montaña la misma temporada.
Se estrenó en América mostrando ya su polivalencia con dos victorias en repecho y otra en contrarreloj en San Juan y Colombia, un presagio de lo que sucedería en un mágico mes de marzo en Italia. Descartó la París-Niza para ganar la Strade Bianche y dos etapas en Tirreno-Adriatico, la mejor preparación posible a fin de lograr su primer Monumento, gracias a un agónico sprint en la Milano-Sanremo.
Después, una caída en País Vasco, no sin antes haberse llevado una etapa, le lastró de cara al tríptico de las Ardenas. En Amstel Gold Race, Van der Poel se aprovechó de su enésimo duelo con Jakob Fuglsang, al que sí ganó en Flecha Valona. Sin embargo, pagó los esfuerzos en la Lieja-Bastoña-Lieja, donde no pudo disputar la victoria.
Por difícil que parezca mejorar su rendimiento de primavera, Alaphilippe entró en otra dimensión en el Tour de Francia, que preparó con otra victoria de etapa y el maillot de la montaña en Dauphiné.
En la Grande Boucle, el de Deceuninck QuickStep corrió cada etapa como si fuera la última. Se exhibió el tercer día en Épernay, para vestir por primera vez el amarillo. Siguió arañando tiempo en La Planche des Belles Filles, Saint-Étienne y la contrarreloj de Pau, y se plantó en Pirineos con 1´26″ de ventaja con Thomas y 2´52″ con Bernal, vencedor final.
Una renta aparentemente exigua, pero que defendió con una entrega y pundonor que recordaban inevitablemente al Thomas Voeckler del Tour de Francia 2011. Al igual que el actual seleccionador francés, Alaphilippe perdió el maillot amarillo a solo dos días de llegar a París, después de vestirlo durante 14 etapas.
El desgaste del Tour de Francia no le permitió volver al máximo nivel para luchar por el arcoíris en Yorkshire, pero Alaphilippe ya se ha marcado una nueva meta para la próxima temporada: el Tour de Flandes. Además, en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, tendrá la oportunidad de resarcirse de su cuarto puesto en Rio 2016.
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