El matrimonio entre Manuela Fundación y Mitchelton-Scott ha terminado en un sonado divorcio tan solo seis días después del anuncio de la boda. En cualquier ruptura, cada parte tiene su cuota de responsabilidad. Si hemos analizado los puntos débiles del lado australiano, ahora toca entrar en el análisis de los detalles de la parte española: Manuela Fundación.
1. Un pasado que genera dudas.
El principal punto débil de Francisco Huertas y Manuela Fundación es el de la credibilidad financiera. Por poner un ejemplo, cuando un banco quiere dar un préstamo, siempre comprueba en primer lugar el pasado del inversor. En este caso, la visita a la hemeroteca no es muy positiva, puesto que refleja problemas en los pagos por el patrocinio del Granada CF, entre otras noticias.
2. Un presente con lagunas.
Para entrar como patrocinador y/o dueño, Ernst&Young debe realizar una auditoría del patrimonio personal del empresario y sus empresas. Además, hay que depositar un aval bancario del 25% de los sueldos (unos 4 millones de euros en el caso de los WorldTeam). De momento, ellos afirman tener el dinero, pero la Fundación no tiene actividad. Han aclarado que tienen muchas empresas fuera de España, pero sin aportar nombres. Esas lagunas deben ser resueltas en un deporte que exige saber por anticipado quién y cómo va a poner el dinero.
3. Demasiadas voces.
En el caso de Manuela Fundación hemos leído declaraciones de Stefano Garzelli, Emilio Rodríguez, Manuel Calvente, José Manuel Moreno… Todos han hablado en nombre de la fundación para explicar detalles de la negociación o incluso anunciar la creación de un equipo continental. Es lógico el entusiasmo mostrado por los implicados, pero parece más lógico que sólo uno hubiera ejercido como portavoz. También habría sido importante que el propio Francisco Huertas explicase su proyecto económico y la solvencia de sus empresas para aclarar las dudas.
4. Futuro: siempre es posible correr el Tour de Francia.
La Fundación está indignada por la ruptura, pero no renuncia al sueño de llegar a la élite. Lo cierto es que en el mundillo ciclista hay una frase que suele repetirse: correr el Tour es sencillo, pero muy caro. Si Manuela Fundación de verdad tiene varias decenas de millones de euros, no necesita comprar un WorldTeam. Hay otras fórmulas mucho más rápidas y que pueden ser ejecutadas mañana.
El fichaje de corredores como Romain Bardet o Chris Froome coloca a cualquier ProTeam por encima de conjuntos invitados como B&B-Vital Concept. Ese fue el modelo de Arkéa: renovó a Barguil, firmó a Nairo Quintana y Nacer Bouhanni y ya no tenía ninguna duda de que, con o sin licencia WorldTeam, estarían en el Tour de 2020.
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