El caso de Miguel Angel López dio ayer un nuevo titular: cuatro años de sanción por dopaje. Los juzgados de la Unión Ciclista Internacional que se encargan de los casos de dopaje consideran probado que el corredor colombiano utilizó sustancias dopantes y decidió aplicar el castigo más duro de todos los posibles. Y ahora, ¿qué?
Para entender una situación actual, lo mejor es ir al pasado y analizar el origen del caso. En Zikloland fuimos muy claros el 13 de diciembre de 2022, cuando escribimos un artículo sobre el futuro del escalador colombiano: «¿Cuál es el futuro deportivo de Miguel Angel López? Ahora mismo, el futuro es negro. El ciclismo es un deporte que difícilmente acepta segundas oportunidades y el caso de López es el peor posible: no es culpable… pero tampoco abundan los que piensan que es inocente. O, al menos, no lo cree Astaná».
En ese momento ya apuntábamos que difícilmente iba a encontrar ningún equipo WorldTeam ni ProTeam: «Y ese limbo jurídico y su consiguiente riesgo es algo que muy poquitos equipos en el mundo están dispuestos a asumir y menos en diciembre, con las plantillas cerradas, los presupuestos al límite, las planificaciones deportivas hechas y, no lo olvidemos, frente a una sociedad cada vez más concienciada de la necesidad de la tolerancia cero con el dopaje».
Casi dos años más tarde, la realidad es la que es: López nunca pudo correr en ningún equipo WorldTeam ni ProTeam y, finalmente, ha sido sancionado por dopaje. ¿Y qué puede hacer Miguel Angel López? Ahora mismo sólo tiene un recurso posible: acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y pelear esa sanción. Pero como hemos dicho siempre… ganar en el TAS a un organismo como la UCI es algo prácticamente imposible y, además, muy caro.
Sólo Superman puede afirmar si se la jugará en el tribunal suizo o no. Parece que es su intención, pero en el camino estará otros tantos meses sin poder correr… y, además, su nombre difícilmente saldrá limpio de toda esta historia… incluso ganando en el TAS. Y es que la sentencia por la que le castigan hablan de la posesión de una sustancia dopante en el Giro de Italia. López puede pelear que nunca tuvo esa sustancia en su poder, pero la normativa apunta a la opción de castigar por doparse o por incluso intentar doparse. Lo cierto es que el futuro deportivo del escalador es negro… y sólo puede resolverse en los despachos del TAS.