Fallece a los 76 años Gianni Savio, manager de equipos y descubridor de talentos

Durante cuatro décadas, el manager turinés Gianni Savio fue uno de los principales referentes del ciclismo profesional con un trabajo incansable para la creación y consolidación de pequeños equipos ProTeam. En el día se hoy se ha conocido su fallecimiento a los 76 años y después de una larga enfermedad.

Gianni Savio ha fallecido. Su figura ha sido importante dentro del ciclismo profesional italiano, pero también colombiano y venezolano, puesto que llegó a ser hasta seleccionador nacional de estos países. Además, no hay que olvidar que descubrió a talentos como Egan Bernal, Michele Scarponi o Davide Ballerini en una labor que había comenzado a principios de los 80 y que finalizó hace apenas unos años tras firmar con Drone Hopper, un proyecto que no tuvo la continuidad deseada. El fallecimiento ha sido anunciado por sus dos hijas, Annalisa y Nicoletta, quienes han enviado a tuttobiciweb una carta abierta:

«Para muchos era el Príncipe, para nosotros siempre fue ‘Pi’, nuestra roca, nuestro punto de referencia, nuestro ejemplo, nuestro refugio, nuestro maestro de vida, nuestro héroe, nuestro coraje, nuestro entusiasmo, nuestro corazón, nuestro gran orgullo.

Nos enseñó a afrontar la vida con la misma garra y determinación que siempre exigía a sus corredores… bueno, no nos decía que fuéramos ‘malos’, les decía que fueran ‘malos’, pero siempre hablaba de la maldad deportiva, la que él creía necesaria para atacar las carreras, para ganarlas.

Nos enseñó el valor de la familia, la rectitud, el respeto, la delicadeza, el sentido de la justicia, la generosidad hacia los menos afortunados, el valor, la dignidad, el orgullo.

Él y mamá, su «Pablita», su eterna prometida, siempre hicieron todo lo posible por hacernos felices. Cuando se iba a un viaje largo, hacíamos una fiesta, cuando volvía de un viaje largo, hacíamos una fiesta, nunca nos hizo sufrir su ausencia, siempre fuimos los hinchas número 1 de sus equipos. Y esa luz que brillaba en sus ojos cuando descubría un talento en un pueblo colombiano, nunca la olvidaremos.

Cuánto hacía reír a su querido Dodo, que daba con él sus primeros pasos en bicicleta, y que incluso se atrevía, por diversión, a tirar del bigote del abuelo Pi, antes negro, ahora sal y pimienta, que contrastaba con su pelo plateado.

A partir de ahora siempre estará en nuestros corazones, nos engañaremos pensando que sólo se ha ido en uno de esos largos viajes, pero lo seguiremos sintiendo aquí, con nosotros».