Pues claro que la ciudad es para las bicicletas, eléctricas en este caso. Nuestra primera experiencia con la e-bike urbana Fischer Cita 2.0 fue justo tras recogerla, al recorrer muy cómodamente y teniendo las primeras impresiones con ellas en el trayecto del lugar de recogida hasta casa.
Fueron unos 25 kilómetros -debemos confesar que estábamos disfrutando y alargamos un poco más la ruta- en los que con el motor encendido, jugando con sus siete marchas y cambiando los niveles de asistencia de pedaleo que proporciona su motor, nos dimos cuenta que una bici de estas características puede convertirse en el medio de transporte ideal en nuestro día a día. Incluso si tenemos que recorrer distancias medias-largas de ida y vuelta, ya que una máquina como la Fischer no se resume únicamente en callejear por la ciudad (ver galería de fotos).
En Zikloland, habitualmente estamos acostumbrados a probar bicicletas deportivas de carretera, ciclocross o gravel, y aunque el probador ya tenía experiencia en el uso urbano de una bicicleta, esta nueva experiencia sonaba muy atractiva. Primero por hacer test y una sesión de fotos diferente y segundo y no menos importante para descifrar la Fischer Cita 2.0 y explicar a nuestros lectores cómo es y qué puede ofrecer esta marca alemana de bicis que cuenta con más modelos de Fischer Cita 2.0 y un amplio catálogo de e-bikes que en territorio español distribuye Vic Sports.
La Fischer Cita 2.0 es, dentro de la gama de estas e-bikes urbanas tipo bicicletas ‘holandesas’ la más sencilla en montaje y prestaciones. Con un precio de 1.860 euros y con un motor propio Fischer Silent Drive Mid 50 NM de 250 vatios, que viene equipada con un desarrollo de siete marchas Shimano Nexus con engranaje en el buje de la rueda trasera y cambio en el puño derecho o ‘grip shift’. Como decíamos, la asistencia del pedaleo la podemos cambiar a golpe de botón en la pequeña consola que tenemos colocada en la parte izquierda del manillar, y hay que tratarla como si fueran marchas, aumentando ese número conforme avance nuestra velocidad y cadencia de pedaleo.
Si estamos familiarizados con una bicicleta de marchas, es muy fácil jugar con estos dos factores y encontrar el más cómodo y efectivo para pedalear y sacarle el máximo rendimiento en llano o si la calle o la carretera se empina. No sudaremos ni nos esforzaremos más de la cuenta en ningún caso. De hecho, llama poderosamente la atención la respuesta de la bici nada más arrancar en estático, es decir, cuando nos detenemos por ejemplo en un semáforo o un cruce y desde las primeras pedaladas la propia Fischer Cita 2.0 nos da un impulso o ‘se lanza’ para ofrecernos mayor comodidad y respuesta.
¿Y los frenos? Son frenos convencionales, pero si los cables están bien tensados la respuesta de frenada es más que óptima y muy segura, incluso si tenemos que dar algún parón brusco en caso de que el tráfico o las condiciones de nuestra marcha lo requieran. Nada que temer.
Eso sí, la Fischer Cita 2.0 es una bicicleta pesada: 34,9 kilos (peso bruto) anunciados por el fabricante. El cuadro es de aluminio y el fabricante ofrece una talla única de 44 centímetros. La tija de sillín es muy fácil de subir y bajar con un tornillo (requeriremos una llave ya que no tiene cierre rápido) y en este tipo de bicicletas el manillar siempre debe ir alto, aunque también se podría regular unos centímetros. Por tanto, sea cual sea nuestra estatura, podemos ajustarla a nuestra anatomía.
Es pesada de mover si el motor está apagado, pero una vez en marcha se comporta con la agilidad que ya hemos explicado anteriormente. Este peso bruto anunciado lo aumenta no sólo la construcción de la bicicleta y el hecho de sus ruedas con peso extra de los bujes y otros elementos, sino la propia batería del motor. Ésta se sitúa en la parte posterior de la bicicleta, sobre la rueda trasera. En ese punto también tenemos un agarre perfecto para carga: ya sea nuestra mochila, una pequeña caja, una bolsa de la compra o un bulto de tamaño pequeño-medio siempre y cuando esté bien amarrado.
En las e-bikes lo ideal es que la batería esté incrustada en la parte posterior del tubo diagonal del cuadro, tal y como tienen otros modelos de Fischer. Pero en esta Cita 2.0 tampoco molesta excesivamente en el equilibrio del pedaleo. Para cargar esas baterías hay una entrada de cable en una zona lateral y basta con enchufar el adaptador a la luz y cargarla al máximo durante unas horas. Mejor consultar su manual de uso, pero con pocas horas de carga es suficiente.
La autonomía plena de la carga da para 100 kilómetros ó 260 minutos, según el fabricante. En nuestras pruebas no lo hemos comprobado de forma muy precisa, ya que cuando el indicador de batería -visible en la pequeña consola del manillar- indica poca carga, preferíamos no arriesgar y cargarla de nuevo al máximo al llegar a casa. Así evitamos que nos pueda ‘dejar tirados’ en plena ruta.
Otros puntos destacados de la Fischer Cita 2.0 es su suspensión delantera Suntour, sencilla pero suficiente para rodar por ciudad y atravesar con comodidad algún bache o incluso tramos fáciles sin asfaltar, como zonas de parques, pistas… Esa facilidad al rodar también nos la ofrecen sus neumáticos de serie Vee Rubber de 47 milímetros de balón. Es decir, con una presión media y el dibujo de la propia cubierta, tenemos un rendimiento sobre todo tipo de superficies, secas o parcialmente mojadas.
Ese confort también lo da el sillín dimensionado de la marca City Memofoam, ancho y con mucha densidad para ir pedaleando sentados vistiendo cualquier pantalón y no necesariamente un culote deportivo de licra con badana. En este punto, se valora mucho que haya sillines específicos para uso urbano con todas estas características.
¿Y si la dejo aparcada? Lo suyo es disponer de un candado propio que tendremos que comprar aparte. No es el caso, porque la Fischer Cita 2.0 incluye un juego de llaves, que es para bloquear la rueda trasera cuando tengamos que dejar momentáneamente la bicicleta, y evitar así que se la puedan llevar pedaleando.
También cuenta con luz LED delantera y un piloto trasero, muy fáciles de activar, para cumplir con la normativa de Tráfico vigente sin necesidad de añadir iluminación extra y especialmente para nuestra propia seguridad, especialmente en uso nocturno o en esas primeras o últimas horas del día donde la luz natural ya escasea.
La movilidad urbana en bicicleta es un fenómeno en continuo crecimiento. Desde aquí no nos atrevemos a lanzar ninguna valoración de la movilidad en sí, pero tras probar la Fischer Cita 2.0 hemos encontrado una e-bike que puede ayudar a romper esa barrera, cualquier prejuicio o, simplemente, convencernos de que se puede ir en bici al trabajo, a la compra o hacer tu vida cotidiana en bici. Pero, claro, debe ser con una máquina adecuada y esta Fischer Cita 2.0 lo es sin ninguna duda.