Ion Izagirre ha sido la cara del Bahrain-Merida en la Amstel Gold Race, séptimo en la meta, en la lucha por el triunfo y el podio hasta el final.
El ciclista vasco alcanzaba el grupo de cabeza (Henao, Gilbert, Haas, Albasini, Benoot y Lindeman) con Rojas a su rueda, y solo cedía ante la fortaleza de Gilbert y Kwiatowski en la última cota.
En la meta, era séptimo, después de ser tercero en la Vuelta al País Vasco. “Estoy contento por entrar en el movimiento decisivo, pero sabía que los otros corredores eran más rápidos que yo en el final. Ahora miro con más confianza a la Flecha-Valona el próximo miércoles y a La lieja-Bastoña-Lieja cuatro días después”, destacaba.
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— Team Bahrain Merida (@Bahrain_Merida) 16 de abril de 2017
Su compañero Colbrelli era noveno en la línea de meta. “Traté de seguir a Henao, pero el Kruisberg es una escalada demasiado dura para mí y no soy un verdadero escalador. Sin embargo, me alegro de esta nueve puesto porque confirma mi sensación en este tipo de carreras”, afirmaba.
La cruz para el Bahrain-Merida era la caída y el abandono de Gasparotto, ganador el año anterior de la clásica de la cerveza.
Tras las Ardenas, Izagirre afrontará el Tour de Romandía antes de cerrar el primer ciclo de competición del año para centrarse después en el Tour de Francia.
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