Jurgen Mettepenningen es el manager general del equipo Pauwels Sauzen-Bingoal y, por tanto, el jefe directo de Eli Iserbyt, protagonista de la semana en la temporada de ciclocross tras protagonizar un bochornoso indicente con Ryan Kamp, a quien le rompió su bicicleta de forma deliberada. En declaraciones a Sporza, Mettepenningen ha sido crítico tanto con la UCI como con el público.
Lo cierto es que el acto de Eli Iserbyt fue muy negativo y totalmente contrario al espíritu del ciclismo y del ciclocross. Pero ni su petición de disculpas ni la reacción del equipo y de Jurgen Mettepenningen están yendo en la dirección correcta, puesto que echan mano del victimismo sin reconocer la vieja frase de Warren Buffet: «Necesitas 20 años para construir una buena reputación y puedes echarla a perder en solo cinco minutos». En el caso de Iserbyt fueron cinco segundos y, desde entonces, no están asumiendo su responsabilidad de forma sincera y total. Las palabras de Mettepenningen son otro ejemplo.
«Pensábamos que el asunto estaba cerrado tras la descalificación en Beringen y la multa. Realmente no entiendo que sea posible que esta sanción haya llegado tan tarde. ¿Por qué le dejan correr en Ardooie esta semana y no dan la noticia de la suspensión hasta el sábado? No creo que eso sea profesional. Difícilmente se puede castigar a alguien dos veces por el mismo incidente. Eso ha ocurrido ahora», ha explicado el manager del equipo. Mettepenningen incluso es crítico con los aficionados: «Además, las reacciones del público son decepcionantes. Tendrá que contrarrestarlo con rendimiento deportivo, pero no todo es tan fácil».
En sus palabras, Jurgen Mettepenningen certifica que no está entendiendo el problema ni lo está sabiendo canalizar. El público que asiste al ciclocross no aplaude a un corredor por ganar una carrera o no lo silba por quedar segundo. Mucho más que un resultado deportivo, el público quiere admirar un espíritu deportivo y eso es lo que no están mostrando desde que sucediera el incidente con Ryan Kamp.