Marcel Kittel (Team Katusha-Alpecin) es una de las voces que más claro y alto habla sobre el dopaje en el ciclismo. Más en el último caso de una red desmantelada pues le afecta de cerca y porque fue compañero de equipo de Georg Preidler durante tres temporadas en el Team Giant.
El velocista alemán ha reflexionado en profundidad sobre el reciente caso que afecta al ciclismo -Stefan Denifl y Preidler han reconocido su implicación- en su página web. «Es una bofetada en la cara de atletas limpios como yo», sostiene y recuerda que «siempre he tratado de ser un buen ejemplo y ser transparente». Y va más allá para tratar de encontrar soluciones: «¿Cómo podemos ayudar a deportistas como Georg Preidler que no pudo resistir más la presión? Los deportistas no deberíamos ser abandonados solos con esta tarea». «El deporte debe mirarse a sí mismo. El pescado huele a podrido desde arriba», concluye.
A continuación, recogemos sus pensamientos más reseñables:
«Estando en casa recibí el siguiente mensaje: ‘Se supone que va a salir otro. Y Georg Preidler ya no está en Instagram, Twitter ni Facebook». Se confirmó el rumor y, sinceramente, estoy perplejo. No sólo porque Greg fuese mi compañero de equipo durante tres años, sino también porque toda la red de dopaje con un doctor de mi Erfurt natal estaba establecida en Thüringen. Fui a la escuela allí y empecé mi carrera como deportista. Mis amigos y mi familia viven allí y, aunque me haya mudado a Suiza, todavía la siento como mi casa. Erfurt y Thüringen se han convertido de repente en un centro del fraude deportivo.
Foto: Getty Images
Como ciclista profesional, siempre me tengo que enfrentar al asunto del dopaje. No puedo culpar a nadie por hacerlo, cuando veo a la historia del ciclismo y otros deportes de resistencia. No obstante, siempre he tratado de ser un buen ejemplo y ser transparente. Estoy orgulloso de que este caso de Mark Schmidt venga de la ley antidopaje que yo he apoyado. La dureza de la ley y las políticas de investigación son necesarios contra este tipo de criminales y proteger a la gente honorable.
Siempre oyes sobre una segunda oportunidad en casos de dopaje, y de gente que aprende de sus errores. Eso también es una gran cuestión en ciclismo, donde hay todavía mucha gente de los años de los escándalos trabajando como directores deportivos, asesores o mánagers. Y todo el mundo ha tenido esta segunda oportunidad y la mayoría la ha aprovechado. Pero Mark Schmidt ha perdido ese derecho, en mi opinión. Parece que ha ayudado a hacer trampas a varios deportistas hace 10 años, no tuvo problema en hacerlo y después incluso construyó su propio sistema de dopaje sanguíneo, e incluso tomó el control de la estructura de Stefan Matschiner, que ya había sido cazado y castigado. No hay ignorancia ni audacia.
Read here my thoughts about the recent events in Erfurt:https://t.co/OJWNuvtO3F
— Marcel Kittel (@marcelkittel) 5 de marzo de 2019
Lest hier meine Gedanken zu den Ereignissen in Erfurt:https://t.co/IOECMTFpAz
Las cuestiones más importantes son: ¿cómo podemos ayudar a deportistas como Georg Preidler, que aparentemente se ‘resbaló’ del camino y no pudo resistir más la presión? Algunos deportistas no son tan afortunados de tener el entorno que tengo yo, que me ha apoyado y protegido durante toda mi carrera. El éxito en el deporte no es sólo físico, sino que también implica fuerza mental. Por eso creo que sobre todo los deportistas jóvenes tienen y deben estar preparados para esta situación con coaching y mucha explicación, de modo que sean más fuertes para enfrentar la tentación. Y los deportistas no deberíamos ser abandonados solos con esta tarea.
El deporte debe mirarse a sí mismo. Cuando veo las prácticas corruptas de muchos funcionarios deportivos, los pagos y sobornos que envuelven a las grandes federaciones y la pérdida de prestigio de los Juegos Olímpicos, que realmente debería ser el ejemplo más brillante, entonces no te tienes que preguntar por qué hay tantos deportistas tramposos. Por supuesto uno no puede condenar a esos deportistas, funcionarios o federaciones, porque creo que muchas se comprometen por un deporte limpio. Pero el pescado huele a podrido desde arriba. Y es una bofetada en la cara de atletas limpios como yo, fans del deporte y todos esos apasionados entrenadores voluntarios y ayudantes como estos en Erfurt, que apoyan al deporte con su corazón y alma».
La red de dopaje del doctor Schmidt también afecta al ciclismo