Llevar instalada en nuestra bicicleta una luz trasera ya es un hecho. Si bien es cierto que no todos los ciclistas conocen al detalle la normativa o ni saben de su obligatoriedad en las carreteras y vías españolas a la hora de circular, nuestro colectivo está plenamente concienciado y ha adoptado con total naturalidad colocar al menos esa luz trasera cada vez que salimos a montar para ir más seguros y hacernos mucho más visibles ante el tráfico a motor.
En cualquier tienda física o web especializada las luces son productos destacados y tenemos varios modelos y tipos para elegir. En este sentido, las luces Bontrager Ion (delantera) y Flare (trasera) son unas de las más apreciadas por los usuarios.
Las luces son sinónimo de visibilidad en carretera y una inestimable mejora en seguridad. Más allá de que esta afirmación esté fundamentada por diversos estudios, que en definitiva concluyen que siendo más visibles se reduce el número de accidentes, también demuestran que estas luces de destello garantizan sin paliativos nuestra seguridad, ya que ocho de cada diez accidentes en bici se producen por el día.
Pero, ¿qué hace que una luz nos haga más visibles durante esas horas diurnas? Según explican desde Trek-Bontrager, las luces de circulación diurna (DRL) tienen propiedades que las distinguen, que estás basadas en el diseño de su enfoque, dirigiendo o ampliando la salida de la luz aumentando así la intensidad del haz de luz o su cobertura. En cuanto al destello, las de la firma estadounidense varían continuamente su intensidad y su patrón. Ese destello es discontinuo, es decir, con diferentes destellos e intensidades, según regulemos la posición del propio aparato. Según informa Bontrager, la visibilidad de esos destellos hace que sean 2,4 veces más visibles y 1,4 veces mayor que una luz en modo fijo.
Estas características que garantizan esta visibilidad y seguridad, además del nuevo diseño más minimalista de la Ion 200 RT y la Flare RT, lo fácil y cómodo que es colocarlas en la bici con las correas elásticas de sujeción o los sistemas que algunos modelos de Trek ya llevan incorporados en su tija, así como elementos para fijarlas en algunos cascos Bontrager para llevarlas puestas sobre la cabeza, han hecho que se ganen la confianza de miles de usuarios en todo el mundo. Además, pueden conectarse y desconectarse en marcha vía Bluetooth con algunos dispositivos de GPS o ciclocomputadores, aunque realmente con solo pulsarlas con un fácil movimiento de dedos es más que suficiente para apagarlas o encenderlas en marcha.
Bontrager Flare RT:
En el catálogo de luces de Bontrager encontramos esos recientemente renovados modelos Ion 200 RT y especialmente la trasera Flare RT. Cada una tiene un precio de 59,99 euros en la propia web del fabricante y un ligero descuento (114,99 euros) si las compramos juntas. Pero además de estos modelos estrella, tanto las Ion como las Flare cuentan con diferentes variantes y además encontramos otras aún más pequeñas pero menos potentes: las Glo/Ember, además de diferentes soportes para manillar o casco.
Volviendo a la Flare RT, el renovado modelo es un 36% más pequeña que la anterior, un 30% más potente y dura un 20% más, según las cifras que ofrece Trek. Además, el nuevo puerto USB impide que penetre el agua y éste es el punto crucial de la luz: su enfoque y alcance permiten ser visto desde una distancia de dos kilómetros durante las horas de luz diurna, gracias a su patrón de destello discontinuo que produce hasta 90 lúmenes.
Sus modos de destello y duración son de 90 lúmenes-6 horas, 45 lúmenes-12 horas, 5 lúmenes-15 horas. Además tiene dos modos fijos, uno de 25 lúmenes con una duración de 4,5 horas y otro de 5 lúmenes con una larga duración de 13,5 horas. Incluso cuando la luz entra en un porcentaje bajo de batería del 5%, tiene un modo ahorro que ofrece media hora de autonomía adicional.
Para engancharla a la bici, su soporte trasero Quick Connect consistente en una cómoda y discreta correa elástica, hace que quitarla y ponerla en nuestra tija de sillín sea una tarea sencillísima. Igual de sencillo es cargarla vía USB ya sea a un ordenador o bien a la alimentación eléctrica mediante un adaptador o cargador convencional.
¿Por qué debemos llevar luz?
Conocemos ya todas las luces que ofrece Bontrager, pero sería conveniente repasar a grandes rasgos la normativa. Recientemente la propia DGT tuvo que ‘legislar’ sobre la marcha tras las quejas de varios ciclistas debido a una multa de tráfico a un ciclista por llevar una luz trasera parpadeante. En palabras del entonces director de la Dirección General de Tráfico y una comunicación oficial por parte de este organismo, se dio la orden a los agentes y cuerpos de tráfico de no sancionar por utilizar este sistema de alumbrado en las bicis.
La normativa española refleja que el alumbrado es estrictamente obligatorio entre la puesta y la salida del sol, así como a cualquier hora del día en los túneles. Sólo en vías urbanas de algunas ciudades su uso es obligado durante las horas de luz solar, es decir, por la mañana.
Siguiendo con la norma, también se destaca que los ciclistas/conductores de bicicletas deben llevar colocada alguna prenda reflectante en vías interurbanas, así como catadióptricos traseros y en los pedales. Aunque este último punto también está sujeto a interpretaciones y situaciones de escasa visibilidad, por ejemplo por la noche en condiciones meteorológicas (niebla, lluvias fuertes, nevadas…) que pueden disminuir la visibilidad.
Una luz delantera de color blanco y la trasera de color rojo, y debidamente homologadas. La norma también hablaba de la potencia de estas luces en lúmenes, pero tanto Bontrager como los principales fabricantes de luces ya las venden de serie con esa potencia reglamentaria, por lo que podemos comprarlas y luego instalarlas con total seguridad y garantías de que no estamos infringiendo esta normativa.
Un buen casco con el compromiso de Trek
Decíamos que todo el colectivo ciclista ha tomado una conciencia colectiva en instalar al menos la luz trasera en sus salidas. Algo parecido sucedió desde hace prácticamente dos décadas con el casco, no obligatorio en vías urbanas –dependiendo de normativa municipal de cada ciudad- pero estrictamente obligatorio en carretera por normativa. En el ciclismo profesional comenzó a ser obligatorio a principios de los 2000 tras la muerte en carrera de Andrei Kivilev. Desde entonces vemos a los pro con el casco y este accesorio además de ser fundamental para nuestra seguridad y poder salvarnos la vida en caso de caída o accidente, es un elemento en el que hay que prestar máxima atención a la hora de comprarlo.
Trek-Bontrager no es un fabricante específico de cascos, pero en su amplio catálogo ofrece opciones de primerísimo nivel y que ya hemos probado en Zikloland en varios de nuestros test. Pero si el equipo World Tour Trek-Segafredo confía en estos cascos Bontrager, concretamente en los modelos Velocis y los aerodinámicos Ballista y Aeolus, nos da prueba de su altísimo nivel de calidad y seguridad.
Además, tienen disponible la versión MIPS para los modelos Velocis, Ballista y también el Circuit, un casco de gama media-alta y que es otra opción más asequible para nuestro bolsillo. Pero, ¿qué es la tecnología MIPS? Seguramente nos hayamos hecho esta pregunta más de una vez cuando estamos buscando un casco y vemos estas siglas sobre una etiqueta amarilla. Traducido al castellano, significa ‘sistela de protección de impactos multidireccionales”.
Esto es, el MIPS imita la forma que tiene el cerebro de protegerse incorporando una capa de baja fricción entre la carcasa exterior y el revestimiento. En estos cascos, la carcasa y el revestimiento están separados por una capa de baja fricción, permitiendo que el casco se desplace en el mismo sentido que la cabeza en el momento de sufrir un impacto de ángulo, es decir, proteger concretamente el lugar de la cabeza, esa zona, donde sufriríamos el golpe.
Además, Bontrager continúa con su programa de reposición de sus cascos en caso de impacto. Ojalá ningún usuario lo necesite, pero es la mejor garantía para confiar en que además de estar bien protegidos, la marca nos va a apoyar en caso de caída. Además de la protección, este amplio catálogo ofrece las citadas opciones aero, cascos con más ventilación como el renovado Velocis y más opciones, que se mejoran además con el perfecto cierre y la comodidad que nos da la rosca BOA.
En definitiva, se puede concluir que Trek es una de esas grandes firmas internacionales que se compromete con la seguridad de los ciclistas, no sólo por sus apreciadas luces y su variedad de cascos de gama media y tope de gama, sino también porque los diseños de muchas de sus prendas apuestan por el color flúor para hacernos aún más visibles en carretera. Prueba de ello son los uniformes que utilizan sus ciclistas profesionales a la hora de entrenar y que en los últimos años vimos en Alberto Contador y también en las primeras concentraciones invernales del equipo WorldTour. Es sin duda una apuesta para rodar más seguros, para vivir más tranquilos encima de la bici.
Fotos: David Fuentes, www.davidfuentesphoto.com
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