La tercera prueba de la Copa del Mundo de ciclocross se marcha a la isla de Cerdeña (Italia). La localidad de Cabras intenta vender su atractivo turístico ofreciendo una postal de sus playas gracias al ciclocross, con una carrera que es, sin duda alguna, un intento de imitación del éxito de la prueba de Benidorm (Alicante). Vamos con los detalles del recorrido.
Cabras nace con un problema básico: es un lugar sin tradición en el ciclocross. Jamás se ha organizado allí una prueba, por lo que todo lo que se ha hecho… ha sido desde cero, incluso por la propia falta de experiencia de los organizadores, quienes han contado, eso sí, con el respaldo de Flanders Classics.
Finalmente, la carrera no pisará la playa. En primer lugar, porque no es una playa de arena sino de pequeñas piedras, lo que provocaría pinchazos y caídas. Y, además, es una zona protegida por leyes de medio ambiente. Partiendo de esa base, la segunda idea básica que deja el trazado, según los organizadores, es que debe ser una mezcla de Amberes y Benidorm. ¿En qué sentido? Se parece a Benidorm en la presencia de muchos tramos de tierra y piedrecitas. Y se parece a Amberes por la presencia de muchos tramos con arena artificial, alguno de ellos con la imposición de afrontarlo con la bici al hombro. Además, la recta de meta es una avenida ancha y en cuesta arriba.
Pero todos esos planes pueden irse por tierra si se cumplen las previsiones meteorológicas: 90% de previsión de lluvia en la tarde, noche y madrugada del sábado. Y lo mismo durante todo el día del domingo. Además, sólo 11 grados, con una sensación térmica de 4º y con fuertes rachas de viento: 80 kilómetros por hora. Esa meteorología rompe por completo la idea de que nos podemos enfrentar a una carrera como las de Benidorm. No sabemos cómo será Cabras, pero desde luego será muy diferente a la cita de Alicante.