La evolución del ultraciclismo: Análisis del Campeonato de España 24 horas
La evolución constante que está viviendo el mundo del ultraciclismo está provocando que haya un cambio de paradigma significativo. Lo que antes era un simple reto está evolucionando hacia una competición en toda regla en el que la intensidad de la competición se está convirtiendo en una variable que marca la diferencia.
A modo de ejemplo, mencionar que el campeón del mundo de 24 horas Chistoph Strasser cubrió 875 km en solitario, a una media aproximada de 37 km/h produciendo 241 vatios de potencia media.
En ese contexto, en el año 2016, se ha celebrado el primer Campeonato de España de 24 horas dentro del Spanish Ultra Marathon Cycling Association el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, en el que el vencedor fue Julián Sanz (ciclista con quien colaboramos desde el año 2013 cuando se acercó al Centro de Perfeccionamiento Técnico , CPT, de Fadura, en Getxo (Bizkaia), junto a su entonces responsable de rendimiento Pablo Mas).
La competición se ha desarrollado con “drafting” permitido (posibilidad de ir a rueda) entre todos los participantes de la prueba (solo y relevos), bicicleta convencional y una salida conjunta, lo que provoca que la dinámica del esfuerzo haya sido muy diferente a una prueba en la que el “drafting” no esté permitido.
A continuación se muestra un breve análisis de la competición desde el punto de vista de rendimiento físico de Julián Sanz en esta competición:
1. Oficialmente ha cubierto 847 km en 24 horas (35,29 km/h), en un entorno de temperatura y humedad relativa elevadas (variables que limitan la capacidad de rendimiento). La competición se inició con 42ºC (a las 14:30), no bajando de los 30ºC a la noche y subiendo hasta 46ºC al final de la competición.
2. Ha producido 185,8 w (2,55 w/kg) de potencia media (208,9 w de potencia normalizada), pedaleando el 98,69% del tiempo total de la competición, con una estimación de gasto calórico de 16.023 kcal.
3. La competición ha tenido un inicio con una producción relativamente alta de potencia, amortiguándose dicho esfuerzo a partir de las 3 horas de competición. A excepción de cambios de ritmo puntuales por decisión táctica, el esfuerzo se ha mantenido de manera más o menos estable hasta la última parte de la competición. La pérdida de rendimiento al final de la competición ha sido producida en gran medida por el ascenso de las temperaturas.
En las dos gráficas que se muestran a continuación se pueden observar la dinámica de producción de potencia durante la prueba.
Potencia media = valor medio de los valores de potencia.
Potencia normalizada = potencia media ponderada que se podría mantener si el esfuerzo fuera lo más estable posible durante todo el esfuerzo (más información: Allen, H. y Coggan, A.: “Trainning adn Racing with a Power Meter, 2nd Edition”. Velo Press. 2010.).
En la parte inicial de la prueba se puede observar una alta intensidad relativa con una potencia promedio de más de 240 w. con y considerable tiempo por encima de 350 w.
En la parte final de la prueba se puede observar que el rendimiento físico disminuye de manera significativa; por una parte por los procesos lógicos de fatiga, y, por otro por el aumento de la temperatura ambiental (temperaturas superiores a 45ºc).
CONCLUSIONES:
Las conclusiones orientadas al entrenamiento que se pueden sacar del análisis de esta y otras pruebas son:
1. Las competiciones de 12 y 24 horas se caracterizan por la muy alta intensidad en las primeras horas de competición, tendiendo a estabilizarse la intensidad después de aproximadamente 4-5 horas (dependiendo de las circunstancias de las competiciones y de las estrategias/tácticas de los ciclistas esta fase se puede acortar o excepcionalmente alargar ligeramente).
2. Diferentes variables pueden incidir en la fatiga en la parte media y final de las competiciones; como la temperatura y elevada humedad en este caso.
3. Estas características competitivas determinan la necesidad de realizar entrenamientos específicos que simulen esas situaciones competitivas, y, tal y como ha sucedido en las competiciones, es necesario un cambio de paradigma hacia la especificidad y hacia la intensificación.