La moda de saltarse el campo sub-23 llega a la empresa: la oferta inquietante de Palantir
El ciclismo profesional ha entrado en los últimos años en una dinámica sorprendente al ofrecer a muchos corredores júnior que den el salto directo hasta la categoría profesional con ofertas de equipos ProTeam e incluso de equipos WorldTeam. Esa tendencia se contagia ahora a las empresas privadas. Vamos con el caso de Palantir.
El ciclismo de carretera vivió durante años un esquema básico de funcionamiento: un corredor júnior pasaba tres o cuatro años como mínimo en la categoría sub-23 antes de dar el salto a la categoría profesional. Sin embargo, los nuevos métodos de detección de talento llevaron a acelerar los procesos con el fichaje directo de muchos ciclistas júnior, una tendencia que parece suavizarse a través de los filiales continentales, pero que no se ha frenado.
Eso mismo empieza a suceder también en el mundo empresarial. La empresa Palantir es una de las más importantes del mundo en el sector de la seguridad y las finanzas, con una conexión directa y demostrable con las agencias de seguridad del gobierno de Estados Unidos. Por tanto, no hablamos de un pequeñita compañía de un diminuto país sino más bien de todo lo contrario. Ahora, Palantir ha lanzado un mensaje disruptivo al afirmar que no le interesa para nada que sus potenciales trabajadores del futuro acudan a la Universidad.
La tesis de Palantir es que la Universidad de Estados Unidos no funciona, que se basa en criterios defectuosos y en los que no prima la meritocracia. Por eso mismo han lanzado una beca para apoyar a los mejores estudiantes de Bachillerato para intentar captar los mejores expedientes y tras una estancia de formación de varios meses, recibirán una oferta de contrato laboral.
En definitiva, Palantir replica lo sucedido en los últimos años en el ciclismo: busca directamente en Bachillerato a los mejores y los forma directamente en su empresa. La oferta es interesante porque no hay que olvidar que la educación universitaria supone una inversión aproximada de 200.000-300.000 euros por estudiante y grado en Estados Unidos. El problema es el de siempre: ¿qué sucederá con los alumnos que finalmente no reciban una oferta de Palantir? ¿O con los que empiecen a trabajar en la empresa y luego lo quieran dejar? ¿Con qué experiencia y formación podrán acceder al mercado laboral? Esa es la duda que deben resolver en Estados Unidos y la duda a la que se enfrentan muchos júnior que ven el caramelo del salto directo a la elite sin saber si están formados suficientemente para ello o no.
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