Un ladrón de guante blanco anda suelto en el pelotón
La historia lleva circulando como una serpiente de verano en el seno del pelotón profesional. Pero nadie se atreve a ponerle nombre y apellidos. Ahora, muchos meses más tarde, parece que Marc Biver es el primero en denunciar lo sucedido: un ladrón de guante blanco anda suelto en el pelotón. Su objetivo: aprovechar la técnica del «tocomocho» para hacerse rico prometiendo hacer rico a los demás. Pero vayamos al principio de la historia.
Una fuente que prefiere mantener su anonimato explicó a Zikloland: «El personaje en cuestión lleva meses ofreciéndose a todos los equipos que él piensa que pueden estar en dificultades económicas. La historia es siempre similar. Te cita en hoteles de lujo, restaurantes espectaculares… y te habla de cifras millonarias, de negocios en cualquier rincón del planeta. Todo es una preciosa fachada. Escuchas justo lo que quieres escuchar y acabas enamorado del discurso. Pero si rascas en su supuesto conglomerado empresarial comprendes que no hay nada más que humo«.
Ese supuesto inversor millonario lleva meses llamando a las puertas de diferentes proyectos, siempre con un discurso impecable: «Te habla de patrocinadores diferentes, de muchos millones de euros, pero todas las conversaciones acaban sin nada concreto. Hablar está muy bien, pero esto consiste en firmar contratos y hacer pagos. Ahí es cuando vienen los problemas y cuando te pide que tú adelantes una pequeña parte y que luego él ya se hace cargo de todo. Es justo en ese momento cuando deben saltarte todas las alarmas. Una persona que de verdad es tan inmensamente rica jamás debería necesitar que tú hagas adelantos económicos. No tiene lógica alguna… más que la del fraude».
La fuente de Zikloland, que no es española, no conoce el truco del «tocomocho». Le explicamos que es una técnica que consiste en aprovechar el afán de ganar dinero de unos para acabar robándoles: «Sí, es un buen ejemplo. Por todo desde la máxima elegancia. Lo que ha hecho es llamar a las puertas de los equipos que considera que pueden necesitar un segundo o un primer sponsor. A conjuntos bien asentados no les ha llamado. También ha contactado con empresas de comunicación o posibles managers».
La historia del ladrón de guante blanco que nos detalla nuestra fuente viene a coincidir en el tiempo con lo desvelado por Marc Biver. Este veterano manager está fuera del ciclismo desde los tiempos de su gestión en el equipo Astaná. Pero es un hombre con una dilatada experiencia en la elite. El diario L’Equipe explicó que había contactado con el empresario belga Serge Golstein, con quien había concretado un patrocinio/inversión de 80 millones de euros durante un buen puñado de temporadas. Todo parecía ir sobre ruedas y Biver había dado los primeros pasos para buscar estrellas mundiales con las que auparse al WorldTour. Golstein no ha cumplido los plazos de pagos, Biver se queda sin equipo y ahora hay una amenaza de demandas de compensación que inundarán los juzgados.
El final de la historia es sencillo: es más fácil anunciar la creación de un equipo que sacarlo adelante. Y los que de verdad salen a las carreteras nunca aparecen como rumores sino con ruedas de prensa oficiales, con presentación de maillot y, normalmente, con el Tour de Francia como escaparate final. Lo que no haya sido anunciado durante este mes de julio, difícilmente será una realidad, puesto que agosto es período de vacaciones para los grandes ejecutivos y la UCI exige los pagos y avales en septiembre. El reloj para la inscripción ya está en su recta final y no parece que vayamos a tener grandes sorpresas en el pelotón de 2019. Y si las hay… desde luego no vendrán de la mano de los vendedores de humo.