Lampre: El hasta pronto de la familia Galbusera

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Ulissi, su símbolo en los últimos años, vencedor en el Giro 2016. Foto: Giro d'Italia

La temporada 2017 no será una más en el mundo del ciclismo profesional. Por primera vez desde 1990 el nombre de la empresa Lampre no aparecerá en la ropa de ninguno de los equipos del pelotón internacional.

La familia Galbusera pone fin de este modo a una trayectoria que iniciaron en el ya citado 1990 con el patrocinio del equipo Diana-Colnago, una formación en la que competía un Giuseppe Saronni que se iba a retirar al final de esa misma campaña. Fue el propio Saronni quien convenció a los dueños de la firma Lampre para iniciar un proyecto en solitario.

Y así nació en 1991 el equipo Lampre-Colnago-Sopran, una aventura que ha durado hasta 2016, con diferentes apellidos, Diana, Colnago, Polti, Panaria, Daikin, Caffita, Fondital, NGC, Farnese Vini, ISD y Merida, puesto que la próxima campaña el equipo de Saronni pasará a ser patrocinado por los Emiratos Árabes Unidos y Lampre ya no formará parte de la nueva escuadra (El UAE Abu Dhabi presenta su imagen).

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La familia Galbusera, en una foto promocional con Cunego en 2013. Foto: Bettini

Personalmente, nunca olvidaré lo ocurrido a finales de septiembre de 2013. Por motivos que no tienen más interés, pude visitar tanto la sede de la empresa Lampre como la sede del equipo ciclista Lampre-Merida, separadas ambas por únicamente diez metros (una enfrente de la otra). Ese lunes, un día de lluvia y frío, la familia Galbusera organizó una visita relámpago a la empresa, pero también una entrañable comida en un restaurante cercano.

Fue una oportunidad única, de esas que en ocasiones te concede el destino, de conocer a toda la familia, desde el padre hasta los dos hijos. Y fue la mejor oportunidad para conocer cómo y por qué Lampre ha patrocinado un equipo ciclista desde 1990 hasta 2016.

Aunque muchos lectores no lo sepan, ellos también tienen productos de Lampre en casa. La empresa italiana fabrica laminados de aluminio, un componente que está en muchos electrodomésticos (hornos, móviles…). Lo cierto es que números en mano, sería curioso estudiar si el márketing en ciclismo es importante para ese tipo de fabricante que no vende el producto al consumidor final sino al fabricante. Pero en la sede de Lampre no se habló de números ni de márketing. Sólo se habló de un punto: pasión por el ciclismo.

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Conti, vencedor en Dantxarinea en la Vuelta. Foto: Unipublic

Eso es lo que destiló toda la familia Galbusera. En aquella lejana comida exhibieron sus conocimientos. Y no me refiero a las típicas batallitas que se pueden contar en una reunión informal, puesto que con tantas décadas de patrocinio siempre hay anécdotas para mantener una charla en un nivel más que agradable para todos los interlocutores.

Pero igual de interesante fue comprobar su deseo por seguir aprendiendo. Por ejemplo, me refiero al interés que expresaron por conocer cómo debe programar un corredor su temporada, los períodos en que es bueno estar en altitud y cuándo debe bajar del training camp antes de la competición importante. Todo eso ocupaba y preocupaba a la familia.

Pero es que, además, en la charla demostraban una y otra vez una memoria prodigiosa para aportar datos y resultados en las competiciones más importantes, pero también en las pequeñas clásicas. No hablamos, por tanto, de unos seguidores del ciclismo de gran nivel (Giro, Tour, Vuelta y Mundial). Hablamos de verdaderos entendidos, de personas que son capaces de ver cualquier carrera en cualquier continente.

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Mohoric, última victoria en el Tour de Hainan.

Y todo ello adornado por una humildad apabullante. Un servidor se disculpó por no llevar traje y corbata puesto que no había nada previsto y todo había surgido sobre la marcha. La respuesta del patrone de la familia Galbusera fue contundente: “Mira mis manos, están llenas de cortes por el trabajo. Eso es lo único que cuenta en la vida”. Y con esa sencillez dio comienzo la comida de unos patrocinadores que han vivido momentos muy buenos y también muy malos, pero que siempre se han mantenido fieles al ciclismo.

Por eso mismo resulta una verdadera pena que en 2017 no se vaya a ver el nombre de Lampre en ningún maillot. Es una pena para los verdaderos amantes del ciclismo. Pero no dejamos de pensar que conociendo la pasión por las dos ruedas de la familia Galbusera siempre será mejor decir hasta luego que adiós.

Uno sigue pensando que el regreso de una marca como Lampre siempre es una posibilidad que jamás debe darse por descartada dentro de un grupo empresarial que ha destacado por muchas características, pero sobre todo por mantener sus vínculos de fidelidad con las personas con las que entraron en el ciclismo y con muchos de los jefes de filas por los que apostaron en más de dos décadas de éxitos. Como es lógico pensar… Lampre siempre será bien recibido si un día decide volver a la que es su casa: el ciclismo profesional.

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