La primera etapa del Tour de Francia partía desde Italia y ofrecía un perfil con más de 3.000 metros de desnivel acumulado, lo que certificaba un nivel de exigencia alto. Sin embargo, la sorpresa llegaba bien pronto: Mark Cavendish no resistía el ritmo del pelotón y, kilómetro tras kilómetro, eran más los nombres importantes que se descolgaban y comenzaban su particular martirio. ¿Por qué?
Una explicación posible apunta a las concentraciones en altitud. Es evidente que en la actualidad son una inmensa mayoría los corredores que viajan a diferentes montañas europeas y pasan largas temporadas (siempre un mínimo de 21 días) por encima de los 2.000 metros, lo que genera la creación de glóbulos rojos y la retrasa de la fatiga. Sin embargo, la concentración en altura tiene dos posibles efectos negativos.
El ciclista sudafricano Willie Smit apuntaba en X una posible explicación: «Me pregunto por qué se ven tantas explosiones en #TDF2024 Podría ser que todo el mundo pasa mucho tiempo en altitud, que es un clima frío. Ahora, de repente, el primer día en el Tour hace mucho calor. ¿Quién ha hecho los deberes?». La explicación apuntada por Wille Smit tiene mucha lógica. El ejemplo es demoledor: hoy mismo los ciclistas que estuvieran en Tignes tenían que entrenar con una temperatura máxima de 16 grados y una mínima de 8. En Sierra Nevada, la temperatura se mueve entre 18 y 12. Y en Font Romeu, entre 16 y 8. Por tanto, el contraste térmico para los cuerpos es muy grande, puesto que hoy se han enfrentado a una etapa por encima de los 30 grados y no es fácil adaptar el organismo a una diferencia tan brutal.
Otra explicación es todavía más contundente: el trabajo en altura tiene que ser muy personalizado, puesto que hay ciclistas que sacan un mejor rendimiento si entrenan en la zona más baja posible y si duermen lo más alto posible, mientras que otros necesitan entrenar también alto. Por eso, muchas concentraciones grupales en altura se resuelven con entrenamientos globales que no tienen en cuenta la individualización del esfuerzo y la recuperación. Y eso acaba generando ciclistas que llegan con mucha fatiga. En otras palabras, la concentración en altura es lo mejor que un ciclista puede realizar… si sabe manejar las cargas de entrenamiento y descanso. Pero si no acierta… es una bomba de relojería.
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