La fatalidad se ha vuelto a cruzar en el camino de Mikel Landa (Bahrain-Victorious), esta vez en el Giro de Italia y después de mostrar su ambición el día anterior. Una caída ha eliminado al escalador alavés, principal baza del ciclismo español.
Tuvo alguna caída al inicio de su carrera profesional, pero ha sido en los últimos años cuando sus desgracias se han acumulado. Después de abandonar de forma inesperada en el Giro 2016, una motocicleta mal aparcada poco antes de comenzar el ascenso al Blockhaus enterraba sus opciones, también las de su entonces compañero en el Sky Geraint Thomas, Adam Yates y Wilco Kelderman. Perdió 27 minutos pero se rehízo y ganó una etapa y la clasificación de la montaña.
En 2018, con los colores del Movistar Team, fue séptimo en el Tour de Francia, pero en la Clásica San Sebastián se rompía una vértebra lumbar y aunque volvía en las clásicas italianas de final de temporada abandonaba en todas… Y comenzó de la misma manera el 2019, con otra caída en su primer día de competición en la Challenge de Mallorca. El resultado: una factura de clavícula. Aun así, fue cuarto en el Giro, a 8″ del tercer puesto de Primoz Roglic.
Landa, tras su caída en el Giro 2017. Foto: Twitter
Y su última desdicha había sido la caída que sufrió ese mismo en el Tour 2019, cuando fue desequilibrado por Barguil en la décima etapa y se dejaba dos minutos en meta, para terminar sexto en la ronda francesa. En febrero de 2020, un vehículo le atropellaba mientras entrenaba -el conducto dio positivo en drogas- y terminó en el hospital, aunque sin lesiones.
Este 2021, en plena madurez, llegaba ante una gran oportunidad en el Giro, pero, una vez más, ha terminado fuera de juego y en ambulancia (Mikel Landa: Fractura de clavícula, «múltiples» costillas rotas y en observación). En los últimos años suma dos victorias, una etapa en la Tirreno-Adriático 2018 y una etapa de la Settimana Coppi e Bartali en 2019.