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La nueva legión francesa

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Calmejane exhibió su potencial en la Coppi e Bartali. Foto: Team Direct Energie

Un ciclista francés no gana la general del Tour desde 1985 (Bernard Hinault), el último en triunfar en las tres semanas lo haría 10 años después, en la Vuelta a España (Laurent Jalabert). Por si fuera poco, los sprints de la gran ronda gala se resisten a sus hombres rápidos desde que Jimmy Casper batiera a Robbie McEwen y Erik Zabel en Estrasburgo hace ya más de una década y, en lo que respecta a monumentos, sólo Arnaud Démare el pasado año en San Remo ha sumado victoria francesa en más de quince temporadas.

Son números que hablan a las claras de la sequía de triunfos de primera línea para uno de los países más importantes del panorama ciclista mundial. A pesar de esta realidad, quién sabe si en parte por culpa de ella, Francia se ha convertido en los últimos años en una de las principales factorías de jóvenes valores del pelotón.

Pocas naciones pueden presumir de un pasado tan esplendoroso y, a la vez, de un futuro tan prometedor. El deporte ha cambiado, los tiempos en los que cuatro países dominaban a su antojo el ciclismo no volverán, pero Francia opta a recuperar parte de su gloria con generaciones actuales y futuras.

Alaphilippe, flamante amarillo en la París-Niza. Foto: Tim de Waele / QuickStep

Dejemos a un lado a aquéllos que ya han mostrado sus credenciales en grandes escenarios, considerando realidades a los Thibaut Pinot, Arnaud Démare, Romain Bardet, Nacer Bouhanni o incluso Warren Barguil (todos aún entre los 25 y los 26 años y, en teoría, con lo mejor de su carrera por delante), y centrémonos en corredores nacidos a partir de 1992.

En ese espectro destacan los dos ciclistas más conocidos de este grupo de jóvenes valores y, por lo tanto, los que menos espacio requieren. Por un lado, Julian Alaphilippe, el considerado por muchos como el Valverde francés por su regularidad, polivalencia, condiciones e incluso palmarés con sólo 24 años.

Por otro, el velocista Brian Coquard, inmerso ya en su quinta temporada pro y con multitud de triunfos en pruebas de entidad, la mayoría del calendario francés. Ellos siete y el ‘veterano’ Tony Gallopin conforman la punta de lanza del ciclismo galo contemporáneo, todos menos el de Lotto Soudal han nacido a partir de 1990.

Lo que viene

Si ya sorprende que las grandes figuras del ciclismo francés se encuentren todavía lejos de la treintena, no menos debería hacerlo la calidad y cantidad de la generación que les sigue. Más que tomarles el relevo, estos se encargarán en buena lógica de aumentar la cuota de candidatos a logros relevantes en los mejores escenarios en unos pocos años.

Coquard, ganador en Sevilla. Foto: Karlis Medrano / Vuelta a Andalucía

Los motivos habría que buscarlos como casi siempre en el entorno, el ecosistema que forman federaciones, equipos comerciales; tanto de base como profesionales, organizadores y patrocinadores. Tres buenos ciclistas surgen de forma espontánea; generaciones completas lo hacen del trabajo y de condiciones favorables. Influye que exista ASO, la tranquilidad de participar en grandes carreras, marcas comerciales y estructuras estables, una inversión paciente con la base, nexos entre la élite y la formación. Y trabajo… mucho trabajo.

Los resultados ya han llegado. Francia encabezaba la clasificación mundial por naciones hasta la Gante-Wevelgem; ahora es el segundo país por detrás de Bélgica. Y, ojo, son, los galos, los que más victorias acumulan este 2017, 35, por 22 de Australia, 17 de Bélgica o las 14 de España. David Gaudu (FDJ) maravilló en la Volta a Catalunya, mientras que Lilian Calmejane y Thomas Boudat se lucían para el Direct Energie en la Settima Coppi e Bartali.

Francia cuenta con dos formaciones World Tour (FDJ y Ag2r-La Mondiale), una PCT que participa en casi todas las pruebas WT a las que opta (Cofidis) y tres PCT más con un calendario de calidad (Direct Energie, Fortuneo-Vital Concept y Delko-Marseille). A excepción de los marselleses, que se han quedado a su pesar fuera de la Vuelta a España, todos cuentan con un grupo destacado de jóvenes nacionales sub25. Puertas abiertas para los mejores corredores del pelotón amateur.

Gaudu, una sonrisa de 20 años. Foto: Presse Sports / FDJ

Comencemos analizando a las promesas de FDJ, donde destaca por encima del resto un nombre: David Gaudu (1996), tal y como hemos podido observar en la reciente Volta a Catalunya, ¡séptimo en Lo Port!El propio Marc Madiot, mánager general de la formación patrocinada por la lotería nacional, asegura en que el futuro de su estructura pasa en buena medida por este escalador de 1,73 metros y sólo 53 kilos de peso. Dos triunfos en sólo su segundo año como sub 23 explican afirmaciones de este tipo: ganador del Tour del Porvenir y de la Carrera de la Paz por delante de los mejores grimpeurs de la categoría. En su primer ensayo entre profesionales como stagiaire ya finalizó quinto el Tour de l’Ain el pasado año.

Junto a Gaudu también debuta este año Léo Vincent (1995), quien como su compañero tiene en la montaña su terreno predilecto y que el pasado año fue tercero en la general de Ronde de l’Isard después de ganar una etapa el año anterior. Marc Fournier (1994) prefiere el llano. Buen croner, campeón nacional en categorías inferiores y con pasado en la pista, debutó como profesional el pasado curso anotándose el triunfo en la general del Circuito de la Sarthe. Con él se estrenó también en 2016 el escalador Jérémy Maison, top 10 en l’Isard y el Tour del Porvenir. Más anónimos de momento, pero todavía con margen de progresión, encontramos a los velocistas Marc Sarreau (1993) y Lorrenzo Manzin (1994) y a Olivier Le Gac (1993), campeón del mundo júnior en Offida en 2010. Calidad y cantidad para una de las plantillas más jóvenes de todo el pelotón WT.

Latour, el escalador que viene. Foto: Ag2r La Mondiale

También Vincent Lavenu apuesta cada año por los jóvenes valores patrios en la confección de la plantilla de Ag2r – La Mondiale. Con un filial como el Chambéry Cyclisme como punto de paso previo para muchos, son varios los corredores que cada temporada dan el salto a la formación WT. Del grupo actual destacan dos ciclistas, tan distintos entre sí como de caminos casi paralelos. El primero es Pierre-Roger Latour (1993), escalador, ganador de etapa en Aitana el pasado año en su debut en una Gran Vuelta y al que en teoría este año espera el Tour de Francia. Como neoprofesional, compartió podio en Ruta del Sur con Alberto Contador y Nairo Quintana.

Su antítesis la representa su compañero Alexis Gougeard (1993), quien como Latour debutó en una Gran Vuelta en la ronda española, logrando un triunfo todo fuerza en Ávila a sólo dos días de llegar a Madrid. Un auténtico muestrario de las capacidades de un hombre llamado a brillar en pruebas de un día y al que aguardan retos como Flandes o Harelbeke en un futuro cercano.

Gougeard, ganador en Ávila en la Vuelta a España 2015. Foto: Unipublic

Características similares las de Quentin Jauregui (1994), buen rodador al que su experiencia en el ciclocross ayuda a desenvolverse en terrenos hostiles como Strade Bianche (12º este año). Desde el Roubaix-Lille Continental, como Jauregui, llega este año Rudy Barbier (1992), sprinter de fuerza que en 2016 logró dos triunfos y multitud de puestos de honor; mientras que da sus primeros pasos entre los mayores Nans Peters (1994), otro que apuesta por la montaña. También escalador, 11º en el exigente Mundial sub 23 de Florencia, Clément Chevrier (1992) aterriza en Ag2r tras dos prometedoras temporadas en IAM Cycling.

Vivero de ciclistas en el nivel PCT

En Direct Energie, la palabra de moda es “relevo” y éste lo encarna Lilian Calmejane (1992). Con las últimas pedaladas de Thomas Voeckler y Sylvain Chavanel tan cercanas, los corredores que han sostenido en buena parte el ciclismo nacional francés durante unos años muy complicados, este joven del sur del país, muy lejos de la región de Vendée, cuna de la formación dirigida por Jean René Bernaudeau, se ha ganado en poco tiempo la consideración de promesa a tener en cuenta.

Calmejane, en lo más alto del podio, flanqueado por Skujins y Rosón. Foto: Bettini / GS Emilia

Pasó relativamente tarde en comparación con la mayoría de nombres de este artículo, pero en su primer año en la élite consiguió un triunfo de etapa en la Vuelta a España, en San Andrés de Teixidó, resolviendo una fuga de veinte corredores, muchos de ellos de un nivel más que contrastado, en un final en alto. Es combativo, valiente, posee cierta punta de velocidad, pasa con entereza los terrenos duros y resulta inevitable compararle con Voeckler. Este año lo ha comenzando ganando la general de Bességes y el pasado fin de semana se impuso en la Settima Coppi e Bartali.

Dejando a un lado al mentado Coquard, la cantera del Vendée U sigue proporcionando nombres como el del velocista Thomas Boudat (1994) -vencedor el sábado de una etapa en la Coppi&Bartali-, campeón del mundo de omnium en 2014 y más centrado en la carretera este año (triunfo ya en Lillers) después de los Juegos Olímpicos de Río, o los rodadores Fabien Grellier (1994) y Romain Cardis (1992).

Boudat, vencedor el sábado en la Coppi&Bartali. Foto: Team Direct Energie

En Cofidis destaca Florian Sénéchal (1993), criado en la cantera de QuickStep y que completa su cuarta temporada con la formación crediticia. Se trata de un corredor destinado a las pruebas de un día, al que llega la hora de demostrar en profesionales que puede acercarse a sus resultados como júnior, categoría en la que ganó París-Roubaix y fue cuarto en el Mundial de Copenhague.

Sin un papel tan protagonista, también merece mención Christophe Laporte (1992), pieza importante en la preparación de los sprints de Nacer Bouhanni y quien, en ausencia de su líder, aglutina puestos interesantes y una victoria en el Tour de Vendée. Por su parte, Hugo Hofstetter (1994) combina las habilidades de los anteriores: apuesta por las pruebas de un día y una punta de velocidad provechosa. Caso curioso el de Clément Venturini (1993), especialista en ciclocross que en carretera destaca por su punta de velocidad. Regresó a la competición en la Loire-Atlantique después del descanso finalizado el barro.

Para las vueltas de una semana y carreras de un día con cotas presentan dos proyectos interesantes como Anthony Turgis (1994, bronce sub23 en Richmond) y Loic Chetout (1992), corredor muy activo, formado en el pelotón amateur vasco. Además, Cofidis cuenta con dos neoprofesionales: el escalador Matthias Le Turnier (1995), segundo en la general de l’Isard y Dorian Godon (1996), el benjamín del equipo con sus casi 1,90 de altura.

Laporte, entrevistado. Foto: Team Cofidis

También Fortuneo-Vital Concept dispone de su particular cuota de jóvenes corredores franceses, liderada por el arcoíris sub 23 en Richmond, Kevin Ledanois (1993). Cierto que desde aquel triunfo no ha vuelto a mostrar el desparpajo de un día en el que resolvió a la perfección la pizarra gala, pero su juventud augura nuevas oportunidades. Sus compañeros Elie Gesbert (1995), capitán general en sus dos temporadas como júnior, y Frank Bonnamour (1995), oro en el Europeo júnior en el que Gesbert finalizó segundo, crecen con calma en la formación comandada por Emmanuel Hubert.

Por último, en Delko Marseille encontramos a Quentin Pacher (1992), más desconocido pero con actuaciones interesantes que denotan capacidad para alcanzar el WT, y en Continental a nombres como el del velocista Yannis Yssaad (1993, Armeé de Terre) o el jovencísimo Damien Touze (1996, Auber 93).

También fuera de Francia

Aunque no se trate de un país con un alto número de ciclistas en el extranjero, justificado por los muchos y buenos conjuntos nacionales, la tendencia actual de mercado y de plantillas cada vez más globales conduce a que haya corredores que opten por pasar a profesionales fuera, sobre todo en naciones vecinas.

En Bélgica, en Quick Step, encontramos al ya apuntado Alaphilippe y al rodador Rémy Cavagna (1995), ambos con experiencia previa en el Continental del conjunto de Patrick Lefévere. Hablamos de un auténtico prototipo de croner, hombre con planta regia para el llano y que pese a su juventud ya ha ofrecido detalles interesantes entre los mayores, como el cuarto puesto en la contrarreloj de San Luis a inicios de este año.

Cavagna, cuarto en la contrarreloj de la Vuelta a San Juan. Foto: Tim de Waele / QuickStep

En Profesional-Continental, en el Wanty-Groupe Gobert, compiten Guillaume Martin (1993) y Fabien Doubey (1993). El primero, escalador, debutó el pasado año. Pudiendo pasar a un conjunto WT francés, optó por el proyecto de Van der Schueren. Para nada descartable que se estrene en julio en el Tour. Menos cartel, regular y con dos años como stagiaire en FDJ, Doubey debuta esta campaña en profesionales con todas las de la ley. Para finalizar, podríamos apuntar al cróner Corentin Ermenault (1996), enrolado en el Team Wiggins británico.

No cabe duda de que se trata de una lista extensa, en la que no todos alcanzarán lo apuntado en inferiores o en sus primeros años como profesional, pero por mera probabilidad habrá quien sí se sitúe antes o después en la élite del ciclismo internacional. Muchos otros tendrán una carrera prolífica como profesionales, encontrando su sitio como corredores de equipo o reciclándose en otra función distinta a la de líderes.

Lo importante es que existen opciones francas para dar el salto, que se ha construido una base firme para formar deportistas, con una pirámide sólida desde abajo, y que, antes o después, Francia volverá a ganar las carreras que tanto tiempo se le resisten.

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