Se mire por donde se mire, la gran mayoría de ciclistas del pelotón profesional utilizan los modelos de Oakley para proteger sus ojos en carrera. La firma norteamericana es un clásico desde finales de los ochenta y es testigo directo de los momentos más grandes de la historia reciente de este deporte.
Desde las Radar que popularizó Lance Armstrong hasta los modelos más modernos como las Jawbone desde finales de la pasada década y que también han ganado el Tour de Francia con Chris Froome. O las más recientes Jawbreaker con las que Peter Sagan ganó sus dos primeros Mundiales y con las que, por ejemplo, su archirrival Greg Van Avermaet también está consiguiendo sus grandes éxitos.
Cualquier modelo de Oakley diseñado para el ciclismo nos es por tanto muy familiar, como también lo está empezando a ser cada vez más su último lanzamiento: las Evzero Stride Prizm Road. Conviene señalar que estas gafas ultraligeras de la firma yanqui cuentan con varios modelos y varias lentes –como acostumbra en todos sus modelos más populares- y que estas Stride Prizm Road en concreto están diseñadas casi exclusivamente para el ciclismo de ruta. Y por varias y muy buenas razones.
El modelo preferido por los ciclistas de Oakley sigue siendo el Jawbreaker, unas gafas de amplia pantalla que de algún modo vinieron a sustituir a las Jawbone. Pero en esta última temporada 2017 que está a punto de tocar a su fin ya hemos visto a los primeros ciclistas que han ido sustituyendo gradualmente sus modelos por estas Evzero Stride con las lentes Prizm Road.
Su extrema ligereza (apenas 30 gramos) con la opción de cristales Prizm Road hace que sean muy apreciadas por los ciclistas profesionales, pero también por los usuarios más exigentes y también triatletas o runners, ya que su adaptabilidad es mucho mayor gracias a sus patillas más flexibles y a su vez están perfectamente fijadas en nuestra cabeza cuando nos movemos.
De hecho, el acabado en goma de las patillas, justo a la altura de las orejas, evita que se muevan aunque efectuamos movimientos bruscos con nuestra cabeza. Y como punto fuerte también conviene destacar su sujeción en la nariz, con su apoyo curvado y también muy adaptable a cualquier tipo de fisionomía nasal, siendo ésta la única pieza de todo el conjunto que está en contacto con las lentes.
La máxima comodidad en estas gafas también nos la ofrece su amplia pantalla de las lentes, es decir, la ya nombrada Stride. Aunque antes de describirla, tal vez sea mejor detenerse en las otras tres opciones que ofrece el fabricante: Pitch, Path y Range. Se trata de ‘cristales’ de diferente forma y tamaño y adaptadas a nuestro deporte favorito al aire libre o más bien si estéticamente optamos por unas lentes más pequeñas y discretas.
El objeto de esta prueba son las Stride, las más amplias de este rango. Y recomendadas para la práctica del ciclismo por aumentar nuestro campo de visión, especialmente cuando giramos la cabeza hacia cualquier lado para comprobar el tráfico o ver quién nos acompaña en marcha. La ausencia de marco en la pantalla también ayuda a mejorar esta visión. Pero especialmente la gran mejoría de la que presume Oakley más allá de la ligereza de este modelo es su tecnología Prizm, que anteriormente ya había sido aplicada a otros modelos.
Esta tecnología trata de maximizar el rendimiento y nuestra agudeza visual durante la práctica del deporte aplicando a las lentes tintes especiales que filtran la luz y varían el contraste. En este sentido, se trata de destacar los colores y formas que más se necesita distinguir o destacar en algunos deportes, y si hay una práctica deportiva que deba realzar especialmente estos factores, es la nuestra. Tanto es así, que cuando Oakley lanzó esta tecnología Prizm su lema era: “Mira todo lo que estabas perdiendo”.
Desde luego en marcha y en días de sol radiante, esta visión ampliada y mejorada que ofrecen estas gafas Oakley Evzero Stride es una realidad que podemos contrastar, ya que el redactor que firma esta prueba ha sido previamente usuario de los modelos Radar, Radarlock XL, Jawbone y Jawbreaker, con diferentes cristales desde polarizados hasta fotocromáticos, y se puede dar fe de que este último modelo gana en ligereza, comodidad y visión nítida a los anteriores, pese a ser modelos de alta gama y reunir todas las garantías de una gran marca como esta.
Ahora bien, el diseño minimalista de estas gafas no permite ningún alarde estético, más allá del color de las patillas y las gomas traseras de sujeción. Que el usuario se olvide de la siempre muy atractiva y llamativa opción de personalizar las gafas con sus colores favoritos y adaptarla a sus gustos o al conjunto de su material deportivo. Con las Evzero es todo mucho más sencillo, con un abanico mucho más reducido.
Lo que no se reduce es el tipo de lente disponible, como siempre amplio y con una garantía de calidad que distingue a Oakley y que muy pocas marcas ofrecen. Como ya hemos señalado, las lentes de esta prueba son las Prizm Road, pero también existen las Prizm Field y Trail, las Standard HDO y las Prizm Daily, la versión polarizada.
Si decenas de ciclistas en el pelotón durante las últimas tres décadas no han estado equivocados eligiendo Oakley para entrenar y competir, miles de usuarios en todo el mundo practicando cualquier deporte pero especialmente ciclismo, tampoco.
Los modelos de la marca óptica por excelencia en el mundo del deporte van pasando y evolucionando y con estas últimas Evzero parecen haber conseguido las gafas más ligeras, versátiles e incluso seguras para quien las lleva. Aunque dentro de no mucho tiempo tal vez vuelvan a sorprendernos con algo mejor.
PVP 162 euros
Fotos: www.davidfuentesphoto.com
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