Rafael Valls (1987, Lotto-Soudal) se ha codeado con los mejores en las dos llegadas en alto del Tour Down Under, en Paracombe el miércoles y en Willunga Hill el sábado, y es séptimo en la clasificación general. El alicantino llegaba a Australia de “un parón competitivo de nueve meses”.
Valls se ha medido a Porte, Chaves y Henao en la jornada reina en Willunga y ha sido séptimo en meta. “Estoy muy contento, la verdad. Cuando me he visto en la subida final con gente del nivel de Porte, Chaves o Henao, ha sido una satisfacción muy grande, aunque si soy sincero, estaba claro que poco o nada podía hacer ante Porte”, admitía en declaraciones a zikloland.com.
“En el primer final duro del Tour Down Under no me vi a mi mejor nivel –fue 16º en Paracombe con el mismo tiempo que el cuarto-, pero en Willunga ha sido diferente. Poco a poco, me he sentido mejor adaptado al calor y al cambio de hora. Pero también siento que mi condición física ha mejorado con el paso de los días, algo que es lógico en cualquier corredor a estas alturas del año, pero que resulta especialmente lógico para mí, que vengo de casi un parón competitivo completo durante más de nueve meses”, afirmaba el ciclista alicantino.
A falta de la última jornada en Adelaida es séptimo en la general, aunque con tres corredores en el mismo tiempo (Dennis que es sexto, Gesink y Kelderman). “El séptimo puesto en la general me da confianza, mucha. Pero queda una etapa complicada porque cualquier corte o incluso los puestos en el propio sprint te pueden llevar tres o cuatro puestos hacia delante o hacia detrás. En 2016 fui octavo en la general del Tour Down Under y este año voy séptimo. Son temporadas diferentes, pero mi sensación en este año 2017 es mucho mejor”,destacaba.
El año pasado, solo pudo disputar 28 días. Primero, un accidente doméstico le impidió disputar los Campeonatos de España en su localidad de Cocentaina y también se perdió el Tour de Suiza; y en su regreso en el Tour de Polonia sufrió una caída en la tercera etapa y dijo adiós a su primera temporada en el Lotto-Soudal. “Me siento mejor con mi actuación de este año porque hay que tener en cuenta las circunstancias de cada carrera. Desde el 1 de mayo de 2016 sólo he podido disputar tres días de competición. Fue en Polonia y tuve la mala suerte de caerme y sufrir otra fractura grave –de pelvis y después aprovechó para operarse de un hombro-. Con ese bagaje, incluso la preparación invernal de esta temporada ha sido contra el reloj”, aseveraba.
Ahora espera tener continuidad en sus próximas vueltas de una semana, su apuesta: Vuelta a Andalucía, Abu Dhabi Tour y Tirreno-Adriático. “Sinceramente, sabía que llegaba bien al Tour Down Under, pero también sabía que no tenía el ritmo de competición que pueden tener otros rivales después de nueve meses sin competir. Por eso estoy tan feliz de la sensación de estar con los mejores en una subida explosiva como es Willunga. Hoy he visto que el trabajo hecho este invierno ha ido en el buen camino. Y espero poder seguir mejorando en las próximas semanas y competiciones”.
Con su triunfo en el Tour de Omán 2015, por delante de Van Garderen y Valverde, volvió a la primera línea ciclista, después de años de lesiones y mala suerte; fue top diez en París-Niza y Volta a Catalunya y 11º en el Dauphiné. Sin embargo, la fortuna le volvió a ser esquiva el año pasado.