El levantino Rubén Plaza ha entrado en un club muy selecto dentro de la Vuelta a Castilla y León: ha logrado inscribir su nombre dos veces como vencedor final de la carrera, y como también hizo en la ocasión anterior -2013, en Cervera de Pisuerga- llevándose la última etapa. Todo esto a dos semanas del Giro, gran objetivo del equipo.
Ya sabía, tras volver de la altura en Sierra Nevada, que sus sensaciones eran bastante buenas. Así que, por qué no, podía ser una buena ocasión para mover la carrera: «Realmente no había nada que perder y me apetecía mover desde lejos. Además era una etapa muy buena para probar cositas y ya el viernes me vi fuerte. Y ha salido bien», explica.
Además, desde hace días le gustaba la etapa: «Era una jornada bonita, los puertos no eran especialmente duros y yo no estaría en desventaja frente a un escalador puro. Era un buen día y lo hemos aprovechado a la perfección», ha insistido.
Para el Israel Cycling Academy el fin de semana difícilmente habría podido ser mejor. Dos etapas y la general de la Vuelta a Castilla y León, algo que también hacer crecer la confianza en el equipo: «Somos un equipo pequeño, pero que está creciendo. Y al final las victorias nunca sobran. Haber conseguido hoy esto, y la etapa de Mihkel ayer, es importante porque muestran el buen camino de un trabajo. Cuando se gana en un equipo como el nuestro, y como la mayoría de los de nuestra categoría, sabe mucho mejor«, ha explicado.
Ahora se encamina al Giro de Italia, gran objetivo del año para el que asegura ir «más confiado», aunque también cree que a estas alturas el trabajo ya está hecho: «Esto es la señal de que estamos donde queríamos y como habíamos planeado», concluye.