La Vuelta a España de 2017 fue un nuevo punto de inflexión para Steven Kruijswijk (1987). El neerlandés, jefe de filas del Lotto NL-Jumbo, volvió a sentirse en condiciones de disputar una carrera con los mejores. Y ahora, en esta temporada recién comenzada, se plantea un nuevo reto: acudir al Tour buscando también un lugar destacado en la general. Kruijswijk repasa con Zikloland su preparación invernal y objetivos de la temporada.
De momento ha competido ya en tierras del sur de España: Clásica de Almería y Vuelta a Andalucía han sido sus primeras citas, y en la ronda andaluza ya se dejó ver arriba, acabando en séptimo lugar: “Han sido mis primeras carreras, se trataba de correr un poco e ir ganando ritmo. Estoy contento con mi condición física, pero ahora necesito seguir compitiendo para encontrarme mejor”, comenta.
En este primer bloque de la temporada habrá dos paradas de importancia para él: la Volta a Catalunya y el Tour de Romandia. Pero como los objetivos centrales de la temporada están a partir de verano, el invierno ha sido relativamente cómodo: “Sí que he hecho muchas horas, pero sin demasiado estrés. Mis objetivos están a final de año y he podido guardarme un poco en los entrenamientos. Pero tampoco demasiado, ya que en Volta y Romandia quiero estar disputando”.
En la etapa de Madrid, última de la Vuelta 2017. Foto: Unipublic
Kruijswijk ya fue cuarto en el Giro 2016 –recordadísima esa caída bajando el Agnello vestido de rosa- y también se ha metido en el Top10 de la Vuelta. Ya sólo le falta el Tour: “El objetivo será ese, la general. El Top10 es una buena barrera, pero me gustaría acercarme a los cinco mejores. No he corrido nunca el Tour buscando la general, pero el Giro y la Vuelta también te dan experiencia”, afirma. Además, no le tiene especial miedo a la ronda francesa, ya que aunque el ambiente, recorrido y tipo de carrera sean distintos, enfrente estarán “los mismos rivales” con los que ha peleado otras veces.
Reconocer la etapa de Roubaix
Sobre el tipo de carrera que se encontrará en Francia, resalta algunos aspectos del recorrido que a su juicio serán claves: “La primera semana suele ser muy estresante, pero este año estará marcado por la etapa de Roubaix”. Una etapa que, por cierto, reconocerá en el mes de abril junto a su compañero Lars Boom: “Él puede ganar esa etapa, me vendrá muy bien ir con él sobre todo para aprender, ya que nunca he corrido sobre pavés. Será bueno ver cómo lo hace”, apunta sonriente.
Y luego incide en la tercera semana como el otro punto clave de la Grande Boucle: “Al principio hay crono por equipos, luego tiene una individual no muy larga, etapas cortas de montaña… y la tercera semana que siempre se hace durísima. Ahí me gustaría llegar más o menos fresco, aunque eso es difícil con dos semanas en las piernas”.
Kruijswijk, de rosa junto a Valverde y Zakarin en el Giro 2016. Foto: Giro d’Italia
¿Y tras el Tour? Pues, probablemente, la Vuelta. Tiene buenas vibraciones con la ronda española y, ante todo, quiere conseguir de una vez esa ansiada etapa que le falta en una Grande: “El plan es ir a la Vuelta. Valoraremos mejor cuando acabe el Tour, pero en teoría estaremos. Sé que el tiempo para recuperar es corto, pero George Bennett estará también. Ya se vería si a lo mejor él hace la general y yo me centro en buscar etapas de montaña”, concluye.
Para seguir cogiendo chispa y kilómetros de competición, Kruijswijk estará este sábado en la Strade Bianche. Veremos si esta temporada regresa al nivel de aquel Giro 2016 que se le escapó en un descenso cuando llevaba dos semanas siendo el mejor de la carrera. Un nivel que, de forma algo más intermitente, recuperó en la Vuelta a España del año pasado. El escenario elegido, el Tour de Francia. La carrera que todo el mundo sueña con ganar.