Circular en bicicleta con luces delanteras o traseras no es algo obligatorio a plena luz del día, pero sí una práctica muy recomendable y aconsejable. En este artículo especificamos la normativa vigente en cuanto a uso de luces en nuestra bici y cuándo y cómo debemos usarlas y presentamos la Sigma Blaze Flash, un nuevo modelo de la marca alemana que añade luz de freno y un amplio rango de luz en sus varios modos de iluminación.
Las luces delantera y trasera para nuestra bicicleta son elementos obligatorios si circulamos en condiciones de escasa visibilidad, es decir, entre el ocaso y la salida del sol o cualquier hora del día en los túneles, pasos inferiores y tramos de vía afectados por la señal de túnel, tal y como recoge el Reglamento General de Circulación. Este texto legal no hace distinciones entre su uso en vías urbanas o interurbanas, como tampoco señala en ningún artículo o disposición que el uso de la iluminación sea obligatorio o aconsejable durante las horas de luz solar del día. Como información de servicio, sí conviene añadir que esas luces o elementos reflectantes deben estar homologados y también que “los conductores de bicicletas llevarán, además, colocada alguna prenda reflectante que permita a los conductores y demás usuarios distinguirlos a una distancia de 150 metros, si circulan por vía interurbana”.
Esta normativa también se recoge en el Reglamento General de Vehículos, concretamente en el Capítulo II, Artículo 22 de ‘Ciclos y bicicletas’. Para plasmar en estas líneas toda esta información hemos acudido a los textos oficiales y más actualizados y hemos comprobado también que la nueva Ley de Tráfico, Circulación y Seguridad Vial, que fue aprobada en diciembre por el Congreso de los Diputados y que presumiblemente entrará en vigor en este año 2022, no contempla ninguna novedad en cuanto a materia de iluminación en las bicicletas.
Muchos lectores recordarán la polémica surgida en septiembre de 2018 cuando un ciclista fue multado por el uso de una luz trasera parpadeante. Entonces la DGT tomó cartas en el asunto y estableció una instrucción para que los agentes de tráfico no multaran a más ciclistas usando este tipo de alumbrado en sus bicis. “Las luces parpadeantes para bicicletas no pueden ser objeto de denuncia por infracción a la normativa de tráfico y seguridad vial, siempre que no se produzca deslumbramiento al resto de los usuarios de la vía”.
Antes de que surgiera este debate espontáneo y que se viralizó en redes sociales, muchos ciclistas ya hacían uso de luces parpadeantes delanteras o traseras para mejorar su visibilidad en carretera y, por tanto, su propia seguridad. Fabricantes de luces o marcas específicas que también las fabrican y comercializan, llevan ofreciendo estos productos desde hace años y, sin que uso sea obligatorio durante el día, la gran mayoría de ciclistas circulan en la actualidad con las luces puestas en carretera o vías interurbanas.
Ha sido una especie de ‘conquista’ colectiva. Ver y ser vistos, igual que la conciencia de muchos ciclistas o usuarios de bicicleta que además de luces utilizan elementos reflectivos o visten ropa de colores claros o fluorescentes para mejorar su propia visibilidad y la del resto de conductores o usuarios de la vía.
Test Sigma Blaze Flash: una luz ‘inteligente’
Fabricantes específicos como Sigma tienen un extenso catálogo de luces tanto delanteras como traseras, ya sea para ofrecernos la luz adecuada cuando pedaleamos de noche o en situación de poca visibilidad y también para usarlas durante el día en posición parpadeante o añadiendo el mismo dispositivo una ‘luz de frenado’ como la Blaze Flash que recientemente hemos probado en Zikloland.
En la tija de nuestro sillín enganchamos la nueva Blaze Flash de Sigma, con esa función de luz de freno y sus modos intermitentes. Atendiendo a la explicación de la marca, “el sensor de luminosidad integrado activa automáticamente el faro en condiciones de poca visibilidad, aportando 500 metros de visibilidad, hasta 50 horas de autonomía”.
La Blaze Flash tiene dos nuevos modos intermitentes. El Pulse Flash puede resaltar la presencia del ciclista durante 11 horas con sus tres LEDs rojos intermitentes. Aún más duradero es el Eco Flash, con hasta 50 horas de funcionamiento y un LED rojo intermitente, está especialmente pensado para los recorridos más largos, dándonos la opción de cambiar a un modo con mayor ahorro de energía.
El acelerómetro integrado reconoce cada frenada y la señaliza a todos los demás vehículos. En el modo diurno, los tres LED’s del faro trasero se encienden con cada frenada. En el modo nocturno, el LED superior está siempre encendido y los dos LED’s inferiores se encienden, además, al frenar.
Su sensor de luminosidad enciende y apaga automáticamente el faro trasero según las condiciones de luz ambiental, si así lo deseamos. Por tanto, además de ahorrar batería, es una luz idónea para pasar por túneles o zonas de arboleda más oscuras o cerradas. De ahí a que la consideremos también una “luz inteligente”.
Con esta luz somos vistos en una distancia de hasta 500 metros y ese sensor de luz de frenado hace que transitemos más seguros ante los vehículos, pero también si llevamos otros ciclistas a rueda o circulamos en grupo.
Se activa muy fácilmente, tiene un tamaño discreto, un peso ligerísimo y se adapta a la perfección a cualquier tija de sillín. Además, tiene un indicador lateral que señaliza la carga o el estado de la batería. Una de las luces más recomendables del mercado que completa el ya de por sí completísimo catálogo de Sigma en este sector.
Sigma ofrece dos modelos diferenciados de luces o faros delanteros: Bustar y Aura, luces blancas con diferentes opciones de tamaño y potencia de estos modelos. En cuanto a las luces rojas traseras, además de la citada Blaze Flash encontramos un abanico aún más amplio: Nugget II Flash, Cubic, Blaze, Curve e Infinity.
Comprarnos unas luces adecuadas y utilizarlas no es obligatorio cuando circulamos a plena luz del día, tal y como establece la normativa de circulación en España, pero desde estas líneas afirmamos que su compra y uso es muy recomendable, por no decir necesario. Cualquier elemento para aumentar nuestra seguridad siempre es bienvenido.
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