El Tour del Porvenir ha dado un paso más en dureza de cara a la edición de 2019. La gran prueba por selecciones del calendario sub23, que se disputa en el mes de agosto y de la que el Top10 de la general suele ganarse un contrato WorldTour, ha desvelado su recorrido para la próxima edición.
Un trazado que incluye nada menos que seis finales en alto. Teniendo en cuenta que hablamos de 10 etapas, el 60% de las mismas acabará cuesta arriba. La organización premia así a los escaladores, aunque tampoco quita una crono que tendrá lugar el segundo día y se disputará sobre 32,5 kilómetros.
Todo empieza en Marmande con una jornada larga y que tal vez parezca llana comparada con las otras, pero está lejos de serlo. Tres pasos por línea de meta y una cota en ese circuito pueden llegar a romper la carrera. Tres la crono por equipos de la segunda etapa, primer final en alto en Mauriac. En principio, un muro corto y más para hombres explosivos que escaladores puros. En una etapa, eso sí, de 170 kilómetros y 2.600 metros de desnivel.
Serán más cortas, pero concentrarán mucha dureza. La Giettaz abre la veda en la séptima etapa antes de encarar la octava en uno de esos ‘inventos’ de jornadas cortas pero a machete. Desde Bride-les-Bains a Méribel, sólo 23 kilómetros de etapa, pero casi 1.700 metros de desnivel porque se sale desde la base del puerto y se llega hasta arriba, sin más. Tignes y Le Corbier ponen la línea de meta a las dos últimas etapas, de donde saldrá el vencedor de la carrera.
En 2018 el recorrido se dividió más bien en dos mitades, con cuatro días planos, una crono por equipos y, después sí, una traca final durísima. Ganó Tadej Pogacar por delante de Thymen Arensman y Gino Mäder en una edición donde Fernando Barceló consiguió ganar la penúltima etapa.